Gentes: Carlos Villar Flor, escritor (en cvillarflor.blogspot.com.es) - Alfa y Omega

En los últimos años, viene extendiéndose la práctica de escribir el nombre de Dios con minúscula. Siempre me ha extrañado esta curiosa profesión de fe. Pero hoy, en Navidad, la clave de este misterio es precisamente que Dios se ha querido escribir a sí mismo con minúscula. En esto, también, se ha adelantado a los que no le quieren, o no admiten que exista. A todos nos acoge entre sus brazos de bebé minúsculo.