Gaudí bebió de esta «joya de la escultura catalana» - Alfa y Omega

Gaudí bebió de esta «joya de la escultura catalana»

La basílica de Santa María, en Castellón de Ampurias (Gerona), fue levantada en apenas 150 años debido a la rivalidad de los condes locales con los de Barcelona y con el Obispado de Gerona. Alberga un retablo sorprendente similar a la fachada de la Sagrada Familia

Rodrigo Moreno Quicios
No fue basílica hasta 2006, pero para todos los locales era «la catedral del Ampurdán»
No fue basílica hasta 2006, pero para todos los locales era «la catedral del Ampurdán». Foto: Manuel Puig.

Aunque en 2006 la iglesia parroquial de Santa María en Castellón de Ampurias fue reconocida como basílica, «fue construida para ser una catedral». «Popularmente la gente la llama así y no es por casualidad», cuenta Iraida Sais, responsable cultural de este templo en el norte de la provincia de Gerona y a 30 kilómetros de Francia. «Está en una villa que comenzó a crecer en el siglo XI, se convirtió en capital del condado de Ampurias y desarrolló un comercio impresionante ante el que los estudiosos están cada vez más sorprendidos», detalla.

Su construcción se debe a las aspiraciones de los condes locales por «tener un obispado propio» independiente del de Gerona y sus rivalidades con el conde de Barcelona. Estos nobles «eran todos parientes entre sí y tenían muchas guerras». Sin embargo, fueron los artesanos de esta zona textil los que pagaron la mayor parte de la obra, pues entendían la visibilidad que les daría el templo como oportunidad de negocio.

Levantada sobre una antigua iglesia románica, esta basílica cuya primera piedra se puso en 1261 fue «la puerta de entrada del gótico en la Corona de Aragón». Proyectada por el arquitecto francés Reinald de Chartres, manifiesta «la ambición de los condes por ser modernos e igualarse a los de Barcelona». Y aunque se enfrentó a graves problemas para su finalización debido a varios factores como la peste negra de 1348, la «crisis de la deuda» del siglo XIV y una posterior «guerra civil de todos contra todos», se terminó a toda prisa en 1412 «gracias a las donaciones de la gente, que quería cerrar la Portada de los Apóstoles antes que la catedral de Gerona».

Inspiración de genios

No obstante, esa portada a la que Sais concede a título personal «un notable» palidece en comparación con el retablo de la basílica, al que da «matrícula de honor. Es nuestra obra maestra, una joya de la escultura gótica catalana, un referente europeo a nivel de ejecución y una pieza única», reivindica. «A veces no se ha promocionado, pero es una maravilla».

La responsable cultural de la basílica presume de que el retablo lo elaboró «el mejor maestro francés al que pudieron contratar» junto a «una serie de artistas de primer nivel que bajaron a Gerona» desde el país vecino. Es el único que queda de su estilo pues, según los estudiosos, las otras piezas similares que había en el norte de Francia «se perdieron durante la Revolución francesa».

La Portada de los Apóstoles ha llegado a nuestros días gracias al celo de sus vecinos en la Guerra Civil
La Portada de los Apóstoles ha llegado a nuestros días gracias al celo de sus vecinos en la Guerra Civil. Foto: Manuel Puig.

El retablo está dedicado a la Virgen de la Candelaria, patrona de Castellón de Ampurias. En su parte baja, hay escenas de la Pasión. Sais interrumpe su explicación para reiterar: «Fíjese en cómo se han tratado los ropajes, los cabellos, la profundidad de las escenas». Su maestría era tal que tuvo al propio arquitecto jefe de ayudante.

Debido a problemas económicos, este retablo, que «estaba previsto que fuera mucho más alto, se acabó bruscamente poniéndole unos pináculos». Pero esa rareza es la que «le da mayor curiosidad». De hecho, según diferentes fuentes, Antonio Gaudí bebió de su particular forma para diseñar las 18 torres de la Sagrada Familia. Juzgue el lector mismo. «Se inspiró en todo el románico y el gótico. Era un genio y extraía de las grandes obras. Pero, aunque no hay pruebas tangibles porque mucha de su documentación se quemó, aquí han venido arquitectos de la Sagrada Familia y han afirmado que los paralelismos son claros», señala Sais.

Este retablo con «matrícula de honor» guarda «paralelismos claros» con la Sagrada Familia

Este retablo con «matrícula de honor» guarda «paralelismos claros» con la Sagrada Familia. Foto: Manuel Puig.

Sin embargo, a pesar del valor excepcional del retablo, eso no le salvó de la violencia. Durante la Guerra de los Pirineos que asoló la comarca entre 1785 y 1789 —el conflicto «que más patrimonio destruyó del Ampurdán»— «se rompió el retablo y el tesoro de la basílica desapareció en un 60 %». «Si no, tendríamos un museo espectacular», advierte la responsable.

Con dolor, los vecinos aprendieron la lección y, cuando estalló la guerra civil española, «levantaron un muro en la portada» que la salvó de la destrucción, a diferencia de otros templos muy dañados en Cataluña. «La pila bautismal se guardó también y el órgano», de 4.575 tubos, «quedó afectado pero no destruido», añade Sais. Afortunadamente, «en los años 70 se restauró».

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