Funeral de Indi: «Nos recuerda lo valiosa que es cada persona»
La catedral católica de Nottingham ha acogido la despedida a la pequeña, desconectada del soporte vital por orden judicial, y ha sido testigo de la «creciente fe en Dios» de sus padres
Los padres de Indi Gregory, la bebé de 8 meses fallecida el 13 de noviembre en Reino Unido después de que los tribunales ordenaran retirarle el soporte vital, quisieron bautizarla para que «conociera el amor de Dios y pudiera estar cerca de Jesús para siempre. Y esta verdad les da un gran consuelo», ha asegurado este viernes Patrick McKinney, el obispo católico de Nottingham, durante el funeral que ha celebrado por la pequeña en la catedral de la ciudad.
Gracias a esta certeza «ellos mismos pudieron consolar a su penúltima hija, Vienna, que solo tiene 6 años, explicándole que Indi estaba ahora en un lugar muy especial llamado cielo donde Jesús y todos sus ángeles y santos siguen queriéndola y cuidando de ella». En efecto, ha asegurado el obispo, «Jesús tiene un sitio muy especial preparado en el cielo para todos los niños; especialmente para aquellos que, como la bebé Indi, han muerto tan jóvenes».
La pequeña Indi ha llegado a la catedral en un carruaje blanco del que tiraba un caballo también blanco, con una colgadura rosa. Blanco y rosa se repetían en las flores que adornaban el templo, alrededor del pequeño féretro del mismo color. Más vivos eran los colores de la bandera italiana, llevada hasta el país junto con muchos mensajes de apoyo de este país por Simone Pillon, uno de los abogados que ayudaron a la familia desde el país trasalpino. El Gobierno italiano le había concedido la nacionalidad y se personó ante los tribunales para pedir su traslado al Hospital Pediátrico Bambino Gesù, de Roma, que había ofrecido a los padres una operación para que la pequeña tuviera más calidad de vida.
«Creciente fe en Dios»
Cuando la batalla legal por la vida de Indi todavía estaba en curso su padre, Dean, explicó que a pesar de no ser creyentes habían querido bautizarla porque les parecía estar viviendo un infierno y, si hay infierno, debía haber cielo. Para el funeral de este viernes, ha compartido el obispo McKinney, han elegido lecturas que son «una hermosa expresión de su creciente fe en Dios».
Por ejemplo, el texto en el que san Pablo recuerda a los romanos que «en la vida y en la muerte somos del Señor». Esta misma lectura transmite que «la vida y la muerte de cada uno influye en los demás», una idea con la que según el obispo ellos se identifican mucho. «Aunque solo tenía 8 meses, la lucha por la vida de Indi desde su cuna de hospital tocó los corazones de muchas personas» dentro y fuera del Reino Unido. También «el ejemplo de su padre y su madre haciendo todo lo que podían para darle todas y cada una las oportunidades de vivir».
El Papa Francisco ha querido sumarse a los asistentes al funeral en su acción de gracias a Dios «por el don de la vida demasiado corta» de Indi. En un telegrama en su nombre el secretario de Estado del Vaticano, el cardenal Pietro Parolin, expresa la tristeza del Papa, su pésame y «la garantía de su cercanía espiritual a sus padres, Dean y Claire, y a todos los que lloran la pérdida de esta preciosa hija de Dios». Asimismo, afirma que «confía a Indi a las manos tiernas y amorosas de nuestro Padre del cielo» y pide al Señor Jesús «un consuelo duradero, fortaleza y paz a todos».
Es el segundo mensaje del Santo Padre a los Gregory. Horas antes de su muerte, envió unas palabras de apoyo la pequeña y sus parientes. Un comunicado de la oficina de prensa de la Santa Sede aseguraba que el Pontífice «abraza a la familia de la pequeña Indi Gregory, a su padre y a su madre, reza por ellos y por ella».
McKinney ha concluido afirmando que la «corta vida en esta tierra» de la bebé ha dejado un «maravilloso legado»: «Nos recuerda lo valiosa que es la vida, lo valiosa que es cada persona, la dignidad de cada ser humano; que independientemente de que sea un bebé en el seno materno, alguien muy joven como Indi, o anciano, sano o enfermo, grande o pequeño, cada persona tiene un valor infinito y debe ser respetada como tal».
Luchadora contra el sistema
Al final de la celebración Dean Gregory, el padre de la pequeña, enumeró brevemente todo lo que sufrió, además de la enfermedad mitocondrial que impedía que respirara sin ayuda: convulsiones, dos operaciones, una sepsis y varias infecciones «que incluso a un niño sano le costaría vencer». En todo ello, «su determinación de luchar por una oportunidad en la vida realmente me inspiró». Por esta razón entre otras «habría hecho cualquier cosa para que tuviera una oportunidad de vivir que se le negó».
Gregory ha denunciado que su hija «no solo tuvo que luchar contra sus problemas de salud, sino contra un sistema que hace que ganar sea casi imposible». Pero fue precisamente su debilidad «la que hizo que se distinguiera como una auténtica guerrera». Asimismo, se ha mostrado convencido de que «Dios puso a Indi en este mundo con la misión de exponer el mal. La eligió porque era fuerte, bonita y especial».
Su vida en este mundo ha terminado, pero «su legado acaba de empezar», ha señalado. Ha expresado su confianza en que sea recordada en muchos corazones y voces. «Pero mi mayor consuelo en este difícil momento es saber dónde está y con quién está. La bautizamos para protegerla y para que fuera al cielo». Saber que es así «me da paz».
Por otro lado, ha agradecido «el maravilloso apoyo y cariño que ha mostrado el Gobierno, la primera ministra y el pueblo italianos. Creo firmemente que fueron sus ángeles de la guarda durante la batalla legal para salvarla». Del mismo modo, ha expresado gratitud a sus abogados y a la organización Christian Concern, que les dieron respaldo legal; así como a la Iglesia católica y al obispo McKinney. «Todos habéis sino una inspiración. Estoy convencido de que esta es una batalla del bien contra el mal». Por ello, se ha mostrado «seguro de que Indi está tan orgullosa como yo», ha asegurado antes de despedirse con un «te querré siempre».