La Fundación Madrina cumple 20 años
La ONG fundada por Conrado Giménez hace balance de sus dos décadas de existencia «amando a la infancia y a la maternidad»
Cada mañana, antes de empezar a repartir alimentos delante de la sede de la Fundación Madrina, en la madrileña plaza de San Amaro, su fundador, Conrado Giménez, hace una oración y pone cada una de esas vidas en las manos de Dios. Lo lleva haciendo 20 años, desde que comenzó una aventura en defensa de las madres desprotegidas y de sus bebés que en los últimos meses ha llevado a Madrina a estar en primera fila frente a los estragos de la pandemia.
«Este es un proyecto de amor a la infancia y a la maternidad», asegura Conrado. Hace 20 años, detectó que un 95 % de los casos de las jóvenes y adolescentes embarazadas en situación de vulnerabilidad social quedaban desatendidos por falta de recursos, padeciendo graves problemas colaterales que les llevaban a lo que denomina «una espiral de pérdida».
Desde entonces, Madrina ha atendido a más de 1,5 millones de niños y sus madres, a las que ha ofrecido orientación y acogida para poder tener a sus hijos en amor y libertad, además acompañamiento especializado por madrinas principalmente a madres jóvenes desde 11 o 12 años, así como de una formación posterior en la ESO, en empleo y emprendimiento, de la que se han beneficiado más de 8.000 mujeres que han obtenido un empleo.
Los números de la pandemia
Sin embargo, la pandemia ha disparado todas las cifras de la Fundación, que ha ampliado el foco de su actuación para atender en las colas del hambre a 3.500 familias diarias a las que ha dado de comer, repartiendo 15 toneladas de alimentos al día en toda España. También ha realizado más de 1.000 actuaciones médicas como ecografías, analíticas o atenciones pediátricas, habiendo alojado en pisos de acogida a más de 30 madres gestantes o con hijos a cargo, y repartiendo más de 10.000 canastillas de recién nacidos durante la pandemia «para darles la bienvenida al mundo», dice Conrado.
Desde marzo, Madrina ha recibido 200.000 llamadas de emergencia alimentaria y sanitaria, llegando a gestionar en la cresta de la pandemia hasta 15 llamadas al minuto en los días más problemáticos. Y todo eso ha sido posible gracias al esfuerzo de más de 1.500 voluntarios repartidos por todo el país, incluso en países latinoamericanos como Colombia, llegando a salvar cientos de vidas de bebes de madres gestantes que pasaban por una situación de crisis y vulnerabilidad como consecuencia de la pandemia, el abandono de la pareja o la pérdida de empleo y hogar.
Además de la atención sanitaria que presta como centro socio-sanitario o el acompañamiento a las jóvenes embarazadas en riesgo, Madrina también ha realojado a lo largo de sus 20 años de historia a más de 500 familias –más de 1.000 niños– en los llamados Pueblos Madrina, una iniciativa por la que se reubica en pueblos sin niños de la España rural a madres con niños y familias que han perdido su trabajo y su hogar por algún revés económico y en este año 2020 a causa de la crisis económica de la Covid. Son familias que no podrían sobrevivir en las ciudades a causa de mantener a sus hijos.
«Tenemos que evangelizar»
La labor de la que más «orgulloso» se siente Conrado es la de evangelizar a quienes se acercan a Madrina, especialmente en estos últimos meses. «No se trata simplemente de dar comida y ya está», afirma. Por eso, después de la oración de la mañana antes de repartir alimentos, invita a muchas familias a retomar o acercarse por primera vez a los sacramentos, como medio «para reencontrarse con Dios, sanar las heridas de estas familias sin recursos y que lo han perdido todo, proteger a los niños y fortalecer a los matrimonios frente a la crisis actual, la pandemia, y la falta de trabajo o la pérdida del hogar».
Ha perdido la cuenta de cuántos bautizos, bodas o primeras Comuniones ha podido realizar desde hace 20 años. «Hemos bautizado a muchos niños que iban a ser abortados, y también a muchas de sus madres. Y muchas parejas han decidido contraer matrimonio, incluso españolas. La nuestra debe ser la parroquia de Madrid que más bautizos hace al año, 15 o 20 al mes», señala con humor, en total hasta completar los 800 bautizos programados de las familias que se acercan en las «colas del hambre».
«Si no se lo propones, no lo hacen», añade, «porque ellos por sí mismos son tímidos y no van a entrar en una iglesia a pedir el Bautismo. Tenemos que darle el alimento espiritual también para dar vida espiritual y evangelizar».
Durante esta última semana de Navidad, Fundación Madrina celebra el 20 aniversario de su nacimiento con diversas actividades. Este martes se han entregado canastillas de bebé a madres gestantes en situación de vulnerabilidad social. El miércoles y el jueves, repartirá alimentos e higiene infantil a más de 2.000 familias vulnerables, muchas de ellas familias numerosas y otras con niños con diversas discapacidades.
El martes 5 de enero entregará regalos de parte de los Reyes Magos a más de 500 niños que han integrado las colas del hambre en los últimos meses, y se acercará a la Cañada Real para hacer lo mismo a más de 100 niños de familias necesitadas; allí se desplazará de nuevo dos días después para repartir alimentos y productos de higiene infantil a 40 familias.