From. ¿Por qué no me dejas entrar? - Alfa y Omega

From. ¿Por qué no me dejas entrar?

Javier García Arevalillo
El actor Harold Perrineau interpreta a Boyd Stevens en esta serie de terror. Foto: HBO Max.

La muerte siempre es un invitado inesperado. Nos abordará de forma sorpresiva, traumática, como un calambre en pleno salto. Las vivencias que nuestros muertos ya no disfrutarán, las palabras que nunca se dirán, las pestañas del navegador que dejaron abiertas para nunca volver. De esto trata From, una producción con embalaje de serie de terror pero con mimbres de otra naturaleza. Un pueblo al que uno llega por accidente, mientras se dirigía a cualquier otra parte, pero del que ya no puede escapar, porque la carretera lleva de vuelta al mismo pueblo en un bucle inevitable. Todas las vidas arrojadas al pueblo son truncadas desde ese mismo instante, porque si al menos el pueblo fuese idílico… Pero no lo es, huelga decirlo: unas criaturas humanoides merodean en cuanto se pone el sol para devorar a quienes no estén refugiados en sus casas, bajo la protección de unos extraños amuletos, o a quienes cometan el terrible error de admitirles en su hogar.

Hay algo dolorosamente familiar en esa fascinación que sienten los desafortunados protagonistas por los monstruos que llaman amablemente a la puerta cada noche con un: «¿Por qué no me dejas entrar?» que hiela la sangre, en una suerte de metáfora de cómo opera la desesperación. Por eso la serie, que es una más que digna heredera de Perdidos (mismos productores, mismo tipo de misterios que se van desvelando sobre un lugar misterioso que no parece pertenecer a la misma realidad que conocían los personajes), a muchos los ha llevado a ver más: un tratado sobre el duelo, sobre cómo lidiamos con la pérdida, sobre cómo alzamos la vista al cielo en busca de respuestas, sobre cómo nos llega la esperanza de los lugares más inesperados.

En From el espectador va a disfrutar en dos niveles: primero, en la riqueza de la trama, del suspense que nos ofrece un lugar y una premisa tan misteriosa, llena de visiones, de símbolos extraños, de monstruos, de inesperadas voces en la radio, de electricidad que viene de ningún sitio, de reproductores de música que emiten de forma aleatoria… Y segundo, y sobre todo, de un desarrollo de personajes y de cómo lidian con el duelo, con la conciencia de que su vida ya no será la misma y de dónde dirigen su mirada para no ceder a la oscuridad.