Frente a las obras civiles, el Papa insta a prepararnos para el Jubileo con las obras del alma - Alfa y Omega

Frente a las obras civiles, el Papa insta a prepararnos para el Jubileo con las obras del alma

El año santo «es una buena oportunidad hacer una buena confesión y pedir perdón de todos los pecados», ha dicho Francisco ante la Inmaculada

José Calderero de Aldecoa
Francisco ante la Inmaculada
Francisco ante la Inmaculada. Foto: CNS / Lola Gómez.

El Papa ha acudido este domingo por la tarde, como es tradición, a rendir homenaje a la Inmaculada Concepción en el centro de Roma. Ante ella ha colocado una corona de flores que expresan «nuestro amor y gratitud», y detrás de las que se esconden «las oraciones, los suspiros, hasta las lágrimas, especialmente las lágrimas de los pequeños y de los pobres».

Después de la ofrenda, Francisco ha aludido al Jubileo, «que será un mensaje de esperanza» para esa humanidad «puesta a prueba por crisis y guerras». La Ciudad Eterna se prepara para este evento, «por eso hay obras de construcción por todas partes de la ciudad». Esto, ha reconocido el Pontífice, «causa bastantes inconvenientes; sin embargo, es una señal de que Roma está viva», de que «se renueva», de que «intenta adaptarse a las necesidades, para ser más acogedora y funcional».

Pero más allá de las obras civiles, el Santo Padre ha hecho la siguiente petición a los fieles: «¡No te olvides de las obras del alma! El verdadero Jubileo está dentro; dentro de vuestros corazones; dentro de las relaciones familiares y sociales. Es en el interior donde debemos trabajar para prepararnos».

En este sentido, el Papa ha explicado que el año santo «es una buena oportunidad hacer una buena confesión y pedir perdón de todos los pecados. Dios perdona todo, Dios siempre perdona, siempre». Y ha añadido: «Lo necesitamos mucho, porque, sin quererlo, corremos el riesgo de quedar totalmente atrapados por la organización de las cosas por hacer». Con el sacramento, sin embargo, se produce el «renacimiento espiritual» propio de esta cita, «que es un tiempo de perdón y liberación social».

Por último, Francisco ha pedido a la Virgen que nos libre «de la envidia», que es un «vicio amarillo, feo, que arruina desde el interior». Y ha concluido: María, «que todos seamos hermanos y que nos amemos».