Francisco vuelve al barrio que Pablo VI ya visitó preocupado por su marginación

Francisco ha continuado sus visitas pastorales a la periferia romana, marcada a menudo por la pobreza y el abandono de la Administración. En la tarde del 21 de diciembre, tras sus tradicionales felicitaciones navideñas a la Curia y a los trabajadores del Vaticano, se ha dirigido a la parroquia de San Giorgio in Acilia, cerca del aeropuerto de Fiumicino y el puerto de Ostia. Es una zona que en 1971 Pablo VI ya quiso visitar porque sus vecinos «están en barrios bajos, en la incomodidad, en el sufrimiento y, por tanto, presentes en mi corazón, en virtud de mi misión, que es la de Cristo».

52 años después de la visita del Papa Montini, Francisco se ha presentado en el barrio en torno a las 16:30 horas y ha sido recibido por una comunidad de Hijos de la Caridad y una treintena de sacerdotes del sur romano. Entre ellos, el obispo Dario Gervasi, el párroco Antonio Romeo Vettorato y el prefecto Angelo Compagnoni.

Francisco ha charlado con todos sentado a una mesa y después recorrido las instalaciones anexas del centro pastoral Santa Gianna Beretta Molla, que se dedica a las obras de caridad en la zona. Según declaraciones a Vatican News del obispo del sector, Dario Gervasi, ha sido «un encuentro hermoso y conmovedor», en el que se ha producido una conversación «cordial y afectuosa» con los sacerdotes.

«Nos sentimos como niños que están cerca de su padre y son animados por él. Hubo espacio para preguntas y salimos contentos», ha añadido el prelado. Entre los temas abordados: la hospitalidad, el contacto con la gente y los avances del proceso sinodal.

El párroco Antonio Romeo Vettoraro, quien está también implicado en el centro pastoral Santa Gianna Beretta Molla, ha contado al Papa que «todas las mañanas empezamos con la distribución del pan de cada día». Lo obtienen cada noche de las panaderías y pizzerías de las zonas que les donan sus excedentes.

El centro también tiene en marcha el Proyecto Madres, que asiste a mujeres y sus hijos hasta los tres años. Prestan servicio actualmente a un centenar de usuarias con dificultades económicas, casi todas solteras y de origen migrante.

«Dos veces por semana pueden recoger comida, ropa, productos de primera necesidad, pero también vemos si necesitan que les echemos una mano para visitas especializadas o de otro tipo», ha explicado a los medios vaticanos el párroco. Y ha revelado la creación de un proyecto complementario, Espacio Madres, donde algunas voluntarias tejen relaciones con las beneficiarias. La parroquia cuenta también con un banco de alimentos de Cáritas que atiende a unas 300 familias y un ropero.

Antes de marcharse, en torno a las 18:30 horas, Francisco ha rezado ante el Santísimo y, siguiendo sus propios consejos, contemplado el belén que la iglesia recientemente ha instalado.