Francisco rompe a llorar por Ucrania: «Es un dolor grande, una derrota para la humanidad»
Tras dos años de pandemia, vuelve a presidir la multitudinaria ofrenda a la Inmaculada en la romana plaza de España
Después de dos años en los que las restricciones por la pandemia habían deslucido la ceremonia, el Papa Francisco ha podido retomar una tradición muy querida para romanos y visitantes, la ofrenda floral a la Inmaculada en la céntrica Plaza de España, frente a la embajada de España ante la Santa Sede.
En 2020 y 2021 se suspendió este evento en forma pública, pero el Papa no dejó de visitar a la Virgen en este lugar con motivo de esta solemnidad. Eligió hacerlo sin previo aviso, y muy temprano por la mañana, para evitar las aglomeraciones. En 2020 se canceló por primera vez esta ceremonia desde que en 1953 la estableciera Pío XII.
Francisco ha visitado a primera hora de la tarde la basílica de Santa María la Mayor para rezar ante la Salus Populi Romani y después se ha dirigido a la Plaza de España, donde, este 8 de diciembre, la ofrenda floral ha vuelto en todo su esplendor. El Papa ha estado acompañado por las autoridades de la ciudad, empezando por el alcalde, Roberto Gualtieri, y como siempre, en primera fila, las personas enfermas o con discapacidad.
«Tras dos años vuelvo a ti junto a la gente de esta ciudad»
En su oración, el Santo Padre ha asegurado que entre las muchas flores que adornan la estatua en la plaza de España hay otras escondidas que son las intenciones de todos los que acuden a la Virgen como Madre. El Pontífice ha puesto a los pies de la Virgen a niños, ancianos, familias y jóvenes, y ha querido hacerse portador de sus preocupaciones, sueños y peticiones: «Tras dos años vuelvo a ti junto a la gente de esta Iglesia, de esta ciudad, y traigo las súplicas de todos tus hijos, cercanos y lejanos».
Sin embargo, cuando ha hablado de Ucrania se le ha roto la voz, y ha comenzado a sollozar visiblemente. «Virgen Inmaculada, hoy me hubiera gustado traerte la acción de gracias del pueblo ucraniano por la paz que desde hace mucho tiempo pedimos al Señor. En cambio, todavía tengo que presentarte la súplica de los niños, de los ancianos, de los padres y madres, de los jóvenes de esa tierra torturada. Pero en realidad todos sabemos que estás con ellos y con todos los que sufren, como lo estabas en la cruz de tu Hijo», ha dicho Francisco entre lágrimas.
Al concluir, ha saludado a la embajadora de España ante la Santa Sede, Isabel Celaá, y a algunos miembros de la embajada. A continuación, caminando con la ayuda de un bastón, se ha dirigido hacia los periodistas. La corresponsal de COPE, Eva Fernández, le ha preguntado por ese momento en el que se ha emocionado rezando a la Virgen por Ucrania. El Papa ha reconocido que para él «es un dolor grande, una derrota para la humanidad».
Tampoco ha faltado a su saludo a los enfermos que estaban en las primeras filas, entre ellos, algunos niños que como él iban en silla de ruedas, y a otros romanos y peregrinos que han acudido a esta ofrenda a la Inmaculada, un símbolo también de la normalidad recobrada en la Ciudad Eterna.