Francisco dice que la neutralidad diplomática de la Santa Sede no es «neutralidad ética»
Ha recibido las cartas credenciales de varios embajadores entre los que estaban el de Siria o Kazajistán, países cercanos a Rusia. Esta tarde recibe a Zelenski
El Papa ha mantenido una intensa jornada de sábado con varios encuentros. Uno de ellos ha sido con distintos embajadores que le han presentado sus cartas credenciales. Son los nuevos representantes de Islandia, Bangladés, Siria, Gambia y Kazajistán.
Al principio de su discurso, Francisco ha querido dirigir un recuerdo especial «al amado pueblo sirio que se está todavía recuperando del violento terremoto, entre el continuo sufrimiento del conflicto armado».
Después ha repasado otras situaciones de conflicto o calamidad que se reparten por el planeta, como sucede en Haití, Líbano, Tierra Santa, Myanmar, Sudán o República Democrática del Congo, para concluir refiriéndose a la invasión de Ucrania, «que ha traído un sufrimiento y muerte indescriptibles». Francisco ha hablado del conflicto frente a los representantes de dos países amigos de Rusia, Siria y Kazajistán. Siria votó en contra de la resolución de la ONU de febrero de 2023 que exige la retirada de tropas rusas de Ucrania y Kazajistán se abstuvo.
El Papa también ha lamentado que estos conflictos y crisis estén obligando a cada vez más gente a emigrar. «Hay, sin duda, un creciente desequilibro en el sistema económico global», ha asegurado. Se preguntaba el Papa cuándo aprenderá la humanidad que la violencia, la opresión y la ambición desenfrenada no sirven al bien común, y que somos una única familia humana. Por eso, ha asegurado que los éxitos en muchos ámbitos no son una excusa para ser indiferentes a las situaciones de fracaso, sobre todo, cuando estos éxitos y bienestar no están al alcance de todos.
Es aquí cuando la misión del embajador es fundamental. El Papa les ha recordado que están llamados a ser «personas de diálogo, constructores de puentes y figuras de esperanza». En medio de esta situación mundial, los ha animado a erigirse como «paladines de la esperanza», de que «la paz no sea un sueño irrealizable». En el tablero diplomático, la Santa Sede también tiene esa vocación, sin intereses políticos, comerciales o militares, unos esfuerzos que «son realizados a través del ejercicio de una neutralidad positiva».
El Papa ha querido puntualizar que esta neutralidad no significa equidistancia: «Lejos de ser una neutralidad ética, especialmente frente al sufrimiento humano, esto le da a la Santa Sede una posición bien definida en la comunidad internacional que le permite contribuir mejor a la resolución de conflictos y otras cuestiones». Francisco recibe en pocas horas al presidente ucraniano Volodímir Zelenski.