Francisco pone en valor la oración de los monjes: «Es la fuerza invisible que sostiene la misión» - Alfa y Omega

Francisco pone en valor la oración de los monjes: «Es la fuerza invisible que sostiene la misión»

Durante la audiencia, celebrada un día después de la conmemoración del genocidio armenio en 1915, el Papa ha recordado a san Gregorio de Narek, un monje armenio cuyo pueblo, «aferrado a la cruz de Cristo, ha sufrido tanto a lo largo de la historia»

José Calderero de Aldecoa
El Papa durante la audiencia. Foto: Reuters/Guglielmo Mangiapane.

Un día después de la conmemoración del genocidio armenio en 1915, el Papa ha puesto en valor durante la catequesis de la audiencia general de este miércoles la figura de san Gregorio de Narek, un monje armenio cuyo pueblo, «aferrado a la cruz de Cristo, ha sufrido tanto a lo largo de la historia».

El santo, doctor de la Iglesia, pasó en el monasterio de Narek casi toda su vida, ha destacado Francisco, y «allí aprendió a escrutar las profundidades del alma humana» y dedicó «la vida a interceder» por todos los hombres, incluso «por los enemigos».

De esta forma, san Gregorio «se hace cargo de los pecados de todos para implorar, como hermano universal, perdón y sanación». Pero él no se excluye del grupo de los pecadores. Él mismo «se identifica con los últimos, los débiles y los pecadores», ha subrayado el Pontífice.

A partir de la experiencia de este religioso, el Santo Padre ha subrayado la importancia de la oración de los monjes de cara al anuncio del Evangelio. Pero, ¿cómo puede la gente que vive en un monasterio ayudar al anuncio del Evangelio? ¿No sería mejor que usaran sus energías en la misión?, se ha preguntado el Pontífice, quien en su respuesta ha afirmado que los monjes son «el corazón palpitante del anuncio: su oración es oxígeno para todos los miembros del Cuerpo de Cristo, es la fuerza invisible que sostiene la misión».

No a las prisas

Por último, el Papa ha asegurado que no solo es importante pedir, sino también cómo pedir. Para ahondar en este aspecto, ha vuelto a tirar del monje armenio, quien especifica «detalladamente las miserias humanas para que la misericordia divina las cancele». Así, Francisco ha instado a «no interceder de forma apresurada», sino «llevando al Señor las situaciones, las historias, las angustias, los problemas».

¿Por qué hace falta que recemos para que Dios nos provea?, se ha preguntado también el Santo Padre al final de la catequesis. «Aquí tocamos un gran misterio. Porque Dios respeta siempre nuestra libertad; y así, para llevar a cabo sus planes de salvación, necesita a alguien que, libremente, rece y ofrezca también por los otros, que le traiga a los alejados, para que Él pueda actuar en sus corazones, en sus vidas», ha concluido.