El Papa pide una «acción conjunta» contra el hambre y ofrece la ayuda de la Santa Sede
«Los proyectos deben planearse a partir del encuentro con las personas, no impuestos desde arriba», advierte el Papa a la FAO
«Son muchos los expertos que afirman que el objetivo del hambre cero no se logrará en el plazo fijado por la comunidad internacional», diagnosticó el Papa en su encuentro con los participantes en el 43 período de sesiones de la Conferencia de la FAO. «Pero la incapacidad para cumplir las responsabilidades no debe convertir las intenciones iniciales en nuevos programas que, en lugar de beneficiar a las personas, no las tengan en cuenta», matizó.
Es la advertencia que Francisco hizo este lunes a los miembros de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura que se reunieron con él esta mañana en el Palacio Apostólico. Compartió con ellos su preocupación y los animó a seguir caminando. «Millones de personas siguen padeciendo la miseria y malnutrición en el mundo debido a conflictos armados, así como al cambio climático y los desastres naturales», reconoció el Papa.
Una lista de dificultades a las que se añaden «los desplazamientos en masa» y «los efectos de las tensiones políticas y económicas». Admitió que esta combinación de elementos «debilitan los esfuerzos que se realizan para garantizar una mejora de las condiciones de vida de las personas». Pero siguió animando a combatir estas lacras porque «la pobreza, las desigualdades y la falta de acceso a recursos básicos son una grave afrenta a la dignidad humana».
El Pontífice pidió «acción conjunta» de todas las naciones para acabar con el hambre. «No hay lugar para el conflicto cuando los enormes desafíos vigentes requieren un enfoque holístico», consideró Francisco. A lo que añadió que «las organizaciones internacionales únicamente podrán cumplir su mandato gracias a una sinergia leal y consensuada». A su juicio, esta estrategia conjunta requiere también la implicación de «los gobiernos, las empresas, el mundo académico, la sociedad civil y los individuos», quienes deben dejar de lado inmediatamente sus «lógicas mezquinas y visiones sesgadas».
Por último, el Santo Padre ofreció la colaboración de la Santa Sede para esta tarea «en favor del bien común y brindando la experiencia de las instituciones vinculadas a la Iglesia católica para que en nuestro mundo nadie carezca del pan de cada día y se otorgue a nuestro planeta la protección que requiere».