La vocación es «el modo más seguro de cumplir nuestro deseo de felicidad», dice el Papa
En su mensaje para la Jornada Mundial de Oración por las Vocaciones el Papa pide compromiso «con los que están a nuestro lado en el ambiente donde vivimos»
«Cada año, la Jornada Mundial de Oración por las Vocaciones nos invita a considerar el precioso don de la llamada que el Señor nos dirige a cada uno de nosotros», afirma el Papa en su mensaje con motivo de esta jornada, publicado este martes en Roma.
Con el lema Llamados a sembrar la esperanza y a construir la paz, la Jornada Mundial de Oración por las Vocaciones —que se celebrará el 21 de abril, coincidiendo con el cuarto domingo de Pascua— remarca que «la llamada divina, lejos de ser un deber impuesto desde afuera, es en cambio el modo más seguro que tenemos para alimentar el deseo de felicidad que llevamos dentro», afirma el Papa.
Por eso, Francisco pide «recordar con gratitud ante el Señor el compromiso fiel, cotidiano y a menudo escondido de aquellos que han abrazado una llamada que implica toda su vida». Se trata de «las madres y los padres que orientan su existencia, con amor y gratuidad, hacia el cuidado de las relaciones, abriéndose al don de la vida y poniéndose al servicio de los hijos y de su crecimiento»; y también de aquellos «que llevan adelante su trabajo con entrega y espíritu de colaboración»; o los que se comprometen «a construir un mundo más justo, una economía más solidaria, una política más equitativa, una sociedad más humana».
Junto a ellos, el Papa recuerda a «las personas consagradas, que ofrecen la propia existencia al Señor tanto en el silencio de la oración como en la acción apostólica, a veces en lugares de frontera y exclusión, sin escatimar energías, llevando adelante su carisma con creatividad y poniéndolo a disposición de aquellos que encuentran». Y junto a ellos hace memoria de «quienes han acogido la llamada al sacerdocio ordenado y se dedican al anuncio del Evangelio, y ofrecen su propia vida, junto al Pan eucarístico, por los hermanos, sembrando esperanza y mostrando a todos la belleza del Reino de Dios».
En esta perspectiva vocacional, el Papa se dirige a los jóvenes en su mensaje para pedirles, «especialmente a cuantos se sienten alejados o que desconfían de la Iglesia», que se dejen «fascinar por Jesús para plantearle sus inquietudes fundamentales».
Todas estas biografías nos descubren como «miembros de una gran familia», la del «pueblo de Dios», que nos hace «no islas encerradas en sí mismas», sino «partes del todo». Por eso, la Jornada Mundial de Oración por las Vocaciones «lleva impreso el sello de la sinodalidad», pues «muchos son los carismas y estamos llamados a escucharnos mutuamente y a caminar juntos para descubrirlos y para discernir a qué nos llama el Espíritu para el bien de todos», señala Francisco.
El Papa anuncia así el «camino común» que conduce hacia el Año Jubilar del 2025, un recorrido marcado durante este año en curso «por la oración», que según el Papa «se hace más con la escucha que con palabras dirigidas a Dios». En este sentido, «somos peregrinos porque hemos sido llamados: llamados a amar a Dios y a amarnos los unos a los otros», asegura el Santo Padre. Viviendo así, «a pesar de los fracasos y los contratiempos, el bien que sembramos crece de manera silenciosa y nada puede separarnos de la meta del encuentro con Cristo y la alegría de vivir en fraternidad entre nosotros por toda la eternidad». Para ello «apasionémonos por la vida y comprometámonos en el cuidado amoroso de aquellos que están a nuestro lado en el ambiente donde vivimos —concluye Francisco su mensaje—. Se lo repito: ¡tengan la valentía de involucrarse!».