Francisco bautiza a 16 niños en la capilla Sixtina - Alfa y Omega

Francisco bautiza a 16 niños en la capilla Sixtina

Ha pronunciado una breve homilía en la que ha asegurado que los bebés «dan testimonio de cómo se recibe la fe: con inocencia y apertura de corazón»

Ángeles Conde Mir
Francisco ha bautizado a 16 niños en la capilla Sixitna
Francisco ha bautizado a 16 niños en la capilla Sixitna. Foto: CNS / Vatican Media.

Matteo, Vittoria, Maria Paola, Bianca, Luigi, Matilde, Francesco, Leonardo, Romeo, Laura… Este año han sido 16 los bebés, entre ellos dos gemelos, bautizados por el Papa Francisco en la capilla Sixtina en esta ceremonia que inaugurara en 1981 Juan Pablo II en la fiesta del Bautismo del Señor. El Papa Wojtyla comenzó bautizando a los hijos de los empleados de la Santa Sede en la capilla Paolina del Palacio Apostólico. Dos años después, la celebración se trasladó a la capilla Sixtina y así, bajo los frescos de Miguel Ángel, continuó ininterrumpidamente hasta 2021 cuando irrumpió la pandemia. En 2022 la tradición regresó con mascarillas y acceso limitado, pero con la misma ilusión de siempre.

En los últimos años el Papa Francisco adapta la ceremonia a las necesidades de los bebés. Suele comenzar a primera hora del domingo, pero hay que tener en cuenta que los bebés y las familias llevan ya muchas horas en marcha. Por eso, en estos años, el Pontífice se ha asegurado de que quede claro que los pequeños pueden llorar, enfadarse, balbucear y comer si lo necesitan. Ellos son los protagonistas. Así lo ha reiterado el Papa en la breve homilía que ha pronunciado.

«Estamos aquí para bautizar, para dar el don de la fe a nuestros niños, ellos son los protagonistas de esta ceremonia. Pueden moverse, caminar, gritar… ellos mandan porque es su fiesta y van a recibir el regalo mas bello, el regalo de la fe, el don del Señor», ha asegurado Francisco. Como es habitual, ha bromeado sobre «la orquesta y coro» que ameniza la celebración: «Que lloren. De momento están en silencio, pero basta que uno dé una nota y comienza el concierto. Dejadles llorar. Si tienen hambre, dadles el pecho. Estad tranquilos aquí».

El Santo Padre ha insistido en que los niños son los protagonistas porque «ellos también nos dan el testimonio de cómo se recibe la fe: con inocencia y apertura de corazón».

Por último, el Pontífice se ha dirigido a padres y padrinos a los que ha pedido que acompañen a estos niños durante toda la vida: «Deseo que vuestra vida sea de ayuda para estos niños, para su crecimiento, para que los acompañéis en el crecimiento porque esto es también una forma de ayudar a que la fe crezca en ellos. Gracias por vuestro testimonio, por traerlos aquí para que reciban la fe».

Después ha llegado el momento de los bautizos. A algunos pequeños no les han sentado muy bien las aguas bautismales, otros se han enfadado más al recibir los óleos, y otros han pasado la ceremonia tranquilos. «Llevaos a casa esta vela. En los momentos difíciles de la vida, miradla, porque esta vela significa las raíces cristianas de vuestra familia. Nunca apaguéis esa luz de Cristo en nuestros corazones», les ha pedido el Papa. Y tal y como predijo, la majestuosa capilla Sixtina, escenario de los momentos más solemnes y decisivos de la historia de la Iglesia, se ha convertido en una sencilla y bulliciosa parroquia de barrio en una mañana de domingo.