Francisco afirma en Eslovaquia que «la caridad supera prejuicios e incomprensiones»
El Papa continúa su viaje pastoral con un encuentro ecuménico en Bratislava
«Compartir las obras de caridad puede abrir horizontes más amplios y ayudarnos a avanzar más en la superación de prejuicios e incomprensiones». El Papa Francisco ha animado a «seguir adelante en el camino ecuménico, tesoro valioso e irrenunciable», durante su intervención en el encuentro ecuménico celebrado este domingo por la tarde en la Nunciatura apostólica de Bratislava (Eslovaquia). En este país tiene lugar la segunda parte de su viaje pastoral, tras acudir por la mañana a Budapest para clausurar el 52º Congreso Eucarístico Internacional. El Pontífice regresará a Roma el miércoles.
En su encuentro con representantes de once iglesias del país, el Papa Francisco ha rogado por la intercesión de los santos Cirilo y Metodio, considerados los «apóstoles de los eslavos» y, según el Pontífice, «precursores del ecumenismo». En esta línea, ha expresado que la reunión «es un signo de que la fe cristiana es —y quiere ser—semilla de unidad y levadura de fraternidad». También ha recordado los años de opresión comunista, «cuando la libertad religiosa fue sofocada o duramente reprimida», y ha destacado los nuevos tiempos en un régimen de libertad religiosa: «Ahora estáis compartiendo una experiencia similar de crecimiento en la que estáis llegando a descubrir lo hermoso, pero también lo difícil, que es vivir vuestra fe en libertad».
La esclavitud interior
Francisco ha advertido a los eslovacos contra la tentación de volver a una esclavitud peor, «una esclavitud interior», y lo ha hecho citando un pasaje de Los hermanos Karamazov, de Fiodor Dostoyevski, en el que el Gran Inquisidor que interroga a Jesús le acusa de sobrevalorar la libertad humana, diciendo que la gente prefiere cambiar su libertad por «una esclavitud más cómoda». El Papa ha instado a los cristianos a no caer en esa trampa de cambiar la libertad por «espacios y privilegios»: «Ayudémonos a no caer en la trampa de contentarnos con pan y poco más. Porque este riesgo sobreviene cuando la situación se normaliza, cuando nos estabilizamos y nos acostumbramos, aspirando a mantener una vida tranquila».
Según el Santo Padre, «la libertad del hermano y de la hermana es también nuestra libertad, porque nuestra libertad no es plena sin él y sin ella». «Aquí, desde el corazón de Europa, podemos preguntarnos: ¿hemos perdido los cristianos algo de nuestro celo por la predicación del Evangelio y por el testimonio profético? ¿La verdad del Evangelio nos hace libres?», se ha preguntado el Pontífice.
Francisco ha expresado su deseo de que todos los cristianos puedan reunirse un día en torno a la mesa eucarística: «Será un signo más evocador que muchas palabras, que ayudará a la sociedad civil a comprender, especialmente en este período de sufrimiento, que sólo estando de parte de los más débiles todos saldremos en verdad de la pandemia».