Fallece Fernando Karadima, símbolo de los abusos sexuales a menores en Chile - Alfa y Omega

Fallece Fernando Karadima, símbolo de los abusos sexuales a menores en Chile

Condenado por la Congregación para la Doctrina de la Fe en 2011, fue expulsado del sacerdocio en 2018 tras la visita del Papa a Chile

Redacción
Karadima
Fernando Karadima, durante el juicio, en el Tribunal Supremo de Santiago, Chile, en 2015. Foto: CNS.

El religioso Fernando Karadima, uno de los símbolos de los abusos sexuales a menores en Chile y expulsado del sacerdocio por el Papa, falleció el pasado domingo a los 90 años, según comunicaron este lunes algunas de sus víctimas, informa EFE.

Su muerte tuvo lugar en la residencia de ancianos San Juan de Dios, en Santiago de Chile, debido a diversos problemas de salud: neumonía, insuficiencia renal, diabetes e hipertensión arterial, según informaron diversos medios locales.

Su caso salió a la luz en 2010 cuando las víctimas Juan Carlos Cruz, James Hamilton y José Andrés Murillo contaron los abusos que sufrieron en un reportaje de televisión. «Todo lo que teníamos que decir de Karadima está dicho. Él era un eslabón más en esta cultura de perversión y encubrimiento en la Iglesia», manifestaron este lunes en un comunicado las tres víctimas.

Karadima fue condenado en 2011 por la Congregación para la Doctrina de la Fe de la Santa Sede a «una vida de oración y penitencia» y se le prohibió tener contacto con antiguos feligreses o realizar cualquier acto eclesiástico de forma pública.

«Cura de la élite»

En septiembre 2018, el Papa Francisco lo expulsó del sacerdocio tras un viaje a Chile y después de que los 34 obispos del país le presentasen su renuncia en un hecho sin precedentes en el mundo. La sanción sacudió no solo a la Iglesia, sino también a la élite política y económica chilena con la que el religioso forjó sólidas relaciones desde la parroquia El Bosque, en un acomodado barrio de la capital chilena.

Conocido como el «cura de la élite», Karadima formó a numerosos religiosos, entre ellos cinco obispos, y fue confesor y consejero de personalidades públicas de Chile. La justicia chilena lo investigó, pero como las acusaciones en su contra se remontaban a los años 80 y la primera mitad de los 90, determinó que los delitos habían prescrito, pese a dar por válidos los testimonios de las víctimas.

Sin embargo, los tribunales sí condenaron en 2019 a la Iglesia en el país a pagar una indemnización por «daños morales» de cerca de 150.000 dólares a Murillo, Hamilton y Cruz. «Nosotros estamos en paz y solo nos mueve seguir luchando para que estos crímenes no vuelvan a pasar y por tantas personas que lo han vivido y aún no tienen justicia», agregaron las víctimas.