Fallece Antonio Algora, el obispo de la pastoral obrera
Se encontraba ingresado en el Hospital de La Paz por neumonía bilateral a causa de la COVID-19
El obispo emérito de Ciudad Real, Antonio Algora, ha fallecido este jueves en el Hospital La Paz de Madrid, donde se encontraba hospitalizado desde el pasado 20 de septiembre. El prelado, que padecía una neumonía bilateral a causa de la COVID-19, había empeorado en las últimas horas y sufrido un fallo multiorgánico que ya presagiaba un fatal desemlace.
Aunque nacido en La Vilueña (Zaragoza), tanto su formación como el ministerio sacerdotal lo vivió en Madrid, donde fue ordenado en 1967. Allí ya mostró una especial sintonía con el mundo de la pastoral del trabajo. De hecho, entre 1968 y 1973 fue consiliario de las Hermandades del Trabajo en Alcalá de Henares y luego de los jóvenes en Madrid Centro en 1978, donde sustituyó al fundador, Abundio García Román.
Este vínculo con la pastoral obrera lo reforzará durante su ministerio episcopal, desarrollado entre Teruel y Albarracín (1985-2003) y Ciudad Real (2003-2016). De hecho, en la Conferencia Episcopal Española ocupó el cargo de obispo responsable del Departamento de Pastoral Obrera, dentro de la Comisión Episcopal de Apostolado Seglar. En Añastro también ocupó un asiento en el Consejo de Economía y fue responsable del Secretariado para el Sostenimiento de la Iglesia hasta 2016 y miembro de la Comisión de Pastoral Social. Presidió la Fundación Pablo VI.
Emérito desde 2016
Algora, cuya renuncia fue aceptada por el Papa Francisco el 8 de abril de 2016, formaba parte hasta hoy de la Comisión de Pastoral Social y Promoción Humana de la CEE.
Desde la diócesis de Ciudad Real le encomiendan «especialmente a la Virgen María, a la que tanto devoción y cariño ha mostrado a lo largo de su vida» y ruegan «oraciones por su eterno descanso a todo el pueblo de Dios». «El Señor, que se buen pagador, le premie con misericordia», se recoge en un comunicado.