Evitad la levadura de los fariseos y de Herodes - Alfa y Omega

Evitad la levadura de los fariseos y de Herodes

Martes de la 6ª semana del tiempo ordinario / Marcos 8, 14-21

Carlos Pérez Laporta
Ilustración: Pixabay / Chil Vera.

Evangelio: Marcos 8, 14-21

En aquel tiempo, a los discípulos se les olvidó tomar pan, y no tenían más que un pan en la barca. Y Jesús les ordenaba diciendo:

«Estad atentos, evitad la levadura de los fariseos y de Herodes». Y discutían entre ellos sobre el hecho de que no tenían panes. Dándose cuenta, les dijo Jesús:

«¿Por qué andáis discutiendo que no tenéis pan? ¿Aún no entendéis ni comprendéis? ¿Tenéis el corazón embotado? ¿Tenéis ojos y no veis, tenéis oídos y no oís? ¿No recordáis cuántos cestos de sobras recogisteis cuando repartí cinco panes entre cinco mil?». Ellos contestaron:

«Doce».

«¿Y cuántas canastas de sobras recogisteis cuando repartí siete entre cuatro mil?». Le respondieron:

«Siete». Él les dijo:

«¿Y no acabáis de comprender?».

Comentario

«¿No recordáis cuántos cestos de sobras recogisteis cuando repartí cinco panes entre cinco mil?». Hace unos días que ha ha hecho el milagro, y ya casi no es verdad. Porque cada nueva circunstancia pone a prueba y obliga a la verdad de Jesús a renovarse. No es posible vivir del pasado. La memoria cristiana no consiste en la contemplación de las cenizas, sino en la continuidad del fuego. Si Cristo es incapaz de responder a la vida actual, a lo que hoy nos urge, acabará desapareciendo en el olvido. La memoria de Cristo no es una técnica museística ni arqueológica. Vivir en memoria de Cristo significa abrir su verdad a cada situación para que sea más verdadero. Recordar la salvación de Cristo sirve para hacerla crecer en las nuevas circunstancias de la vida. Si les hace recordar lo que ya ha hecho es para que lo apliquen a lo que está por suceder y vivan todo en esperanza: «¿Y cuántas canastas de sobras recogisteis cuando repartí siete entre cuatro mil?». La potencia de lo sucedido ya abre todo el porvenir a una esperanza inaudita con Jesús. Con Él todo es posible: «¿Por qué andáis discutiendo que no tenéis pan? ¿Aún no entendéis ni comprendéis? ¿Tenéis el corazón embotado? ¿Tenéis ojos y no veis, tenéis oídos y no oís?». La verdad actuada por Cristo en el pasado sigue vigente hoy, lejos de quedar atrás, responde a más acontecimientos de la historia se hace más verdadera. Como el amor del principio entre los amantes, que no está llamado a marchitar en el tiempo, sino a engordar asumiendo cada nueva contienda que ellos afronten. El amor de los amantes es más verdadero cuanto más duradero, cuanto más capaz de asumir toda una vida. «¿No acabáis de comprender?».