Escuela y familias católicas piden diálogo a la nueva ministra de Educación
Pilar Alegría, hasta ahora delegada del Gobierno en Aragón, ha tomado posesión este lunes
Pilar Alegría ya es ministra de Educación. Este lunes, su predecesora, Isabel Celaá, le dio el relevo en el tradicional traspaso de carteras y tras prometer su cargo ante el rey Felipe VI. Una nueva etapa que la hasta ahora delegada del Gobierno en Aragón comienza ofreciendo «diálogo, voluntad de consensos y esfuerzo», tal y como ha manifestado en redes sociales. Precisamente diálogo es lo que le están pidiendo numerosas organizaciones educativas, entre ellas las vinculadas a la Iglesia como Escuelas Católicas o CONCAPA.
En concreto, desde Escuelas Católicas —su secretario general adjunto, Luis Centeno, participó en la toma de posesión— dan la bienvenida a Alegría y se ponen a su disposición «para dialogar y trabajar conjuntamente por la mejora de la calidad de enseñanza». En este sentido, desde la entidad confían en iniciar «una nueva etapa de diálogo y de verdadera participación de toda la comunidad educativa» y que se recupere el camino para la mejora de la financiación y de la consecución del pacto educativo.
«No deje aparte a las familias»
Por su parte, el presidente de CONCAPA, Pedro José Caballero, reitera las peticiones de la patronal educativa, sobre todo, en un momento en el que se juega el desarrollo y la implantación de la LOMLOE. «Le pedimos que confíe en las familias y que no nos deje aparte, como hizo Isabel Celaá. También pedimos que nos dé libertad para elegir la educación de nuestros hijos», afirma en conversación con Alfa y Omega.
Así, cree que lo primero que debe hacer Pilar Alegría es reunirse con los grandes agentes –sindicatos, profesores, familias, alumnos, directores…– para conocer «en qué situación nos encontramos» y luego abordar el desarrollo normativo de la ley.
Desarrollo pendiente
Jesús Muñoz de Priego, portavoz de Más Plurales, insiste en la necesidad de que la ministra tenga «un diálogo real con la comunidad educativa», pues este ha sido «el déficit principal» en la última etapa. El experto en derecho educativo constata que este diálogo no ha existido en la primera tramitación de los desarrollos normativos y espera que con la llegada de Alegría se abra esa posibilidad.
«Todo el desarrollo está pendiente y resulta muy significativo que sea así, pues se justificaron las prisas en la tramitación de la ley en la necesidad de tenerla lista para este curso. Era una falacia», explica a este semanario.
De esa normativa va a depender, por ejemplo, el tratamiento de la asignatura de Religión. «Es una ley muy mala y nunca podremos estar de acuerdo con ella, pero es evidente en su desarrollo se podrían paliar algunos aspectos», concluye Muñoz de Priego.