Me encuentro con Gabriele Kuby, autora de La revolución sexual global: la destrucción de la libertad en nombre de la libertad (Didaskalos), dos horas antes de que imparta una conferencia homónima en la diócesis de Alcalá. El pasado jueves, 21 de marzo. Una de sus primeras advertencias es sobre la creciente polarización de la sociedad —provocada en gran medida, dice, por «la imposición de la ideología de género»—, que dificulta la posibilidad de tender puentes y que incluso genera división en las entrañas mismas de la Iglesia.
La socióloga alemana cuenta que se interesó por este tema a principios de siglo después de una turbulenta historia personal. «Mi padre era un periodista de izquierdas. La educación que recibí me encaminó favorablemente hacia Mayo del 68». Sin embargo, que hoy Kuby dé la batalla contra la revolución sexual tiene también mucho que ver con el fracaso de su matrimonio y su posterior conversión al catolicismo. «Alguien me sugirió entonces que rezara, y yo estaba al final de mis propias fuerzas». Ya como católica, escribió su primer libro Mi camino a María: el poder de vivir la fe. Fue todo un éxito. En su segunda obra, «después de que el libro Sexo y Cultura de J. D. Unwin me abriera los ojos», la autora empezó a virar la temática de su escritura: «A partir de ese momento, me dediqué a hablar de sexualidad. En 2003 escribí un capítulo sobre la ideología de género y, en 2006, un libro entero», explica. La revolución sexual global: la destrucción de la libertad en nombre de la libertad se publicó en 2012 «y entonces la gente me decía que exageraba y que era muy pesimista a la hora de enfocar el tema. Hoy, los mismos me dan la razón».
En la obra, Gabriele Kuby critica la definición moderna de libertad, «considerada por muchos como “haz lo que quieras”», y advierte del peligro de extrapolarla al ámbito de la sexualidad. La sexualidad —afirma— es «un concepto muy potente porque es el responsable de mantener la existencia de la vida humana». El resultado al unir ambos conceptos es el «abultado número de adicciones, que convierten a muchos en esclavos de la sexualidad y los aboca a una pérdida completa de la libertad». Es decir, la destrucción de la libertad en nombre de la libertad. Frente a ello, la socióloga alemana propone coser el concepto de libertad al de verdad y a la educación: «Hay que enseñar a las personas que las decisiones que toman tienen consecuencias para los demás y hacerles responsables de sus acciones».
Gabriele Kuby
Didaskalos
2017
500
30 €