Escepticismo ante los informes sobre abusos que elaborará la Iglesia en Italia
La historiadora y periodista Lucetta Scaraffia pide al nuevo presidente del episcopado, cardenal Matteo Zuppi, que realmente «esté dispuesto a la escucha» de las víctimas
«Queremos desesperadamente creer» al cardenal Matteo Zuppi, y «creer que de hoy en adelante todo cambiará» en la forma en la que la Conferencia Episcopal Italiana (CEI) gestionará los abusos sexuales por parte del clero. Pero Lucetta Scaraffia se muestra escéptica. En un artículo publicado el domingo en La Stampa, la historiadora y periodista considera insuficientes las medidas tomadas por el episcopado italiano en su última asamblea plenaria, que concluyó el viernes.
La CEI descartó el viernes abrir una amplia investigación, como se ha hecho en otros países europeos, sobre los abusos a menores cometidos por el clero y anunció que realizará un informe sobre las denuncias y condenas de los casos analizados en el Vaticano en los últimos 20 años. En el comunicado final, se anunciaba que este análisis se centrará en los datos relativos al período entre 2000 y 2021 que posee la Congregación para la Doctrina de la Fe, donde se investigan y juzgan estos casos.
El análisis se publicará antes del 18 de noviembre. Se realizará en colaboración con institutos de investigación independientes, que garantizarán perfiles científicos y morales de alto nivel. Según la nota, esto permitirá un conocimiento más profundo y objetivo para mejorar la prevención y las medidas para acompañar a las víctimas y supervivientes. Según el cardenal Zuppi, esta elección resultaba «mucho más seria».
«No solo de los últimos años»
«Los culpables que hay que castigar no son solo los de los últimos años», criticaba Scaraffia. Las asociaciones de víctimas, englobadas detrás de la etiqueta #ItalyChurchToo, habían pedido una investigación de al menos los últimos 60 años. «Ninguna prevención es eficaz si antes los culpables no son individualizados y castigados», asegura la periodista.
«Si realmente se quiere comprender el fenómeno, captar su enraizamiento en la realidad italiana, hace falta hacerse una idea verdadera y concreta de qué sucedió. ¿Quiénes y cuántas fueron las víctimas? ¿Cómo pudieron los culpables disfrutar de los mejores abogados defensores pagados por las diócesis mientras las víctimas» no tenían este privilegio? «¿Es lícito seguir hablando de casos singulares o se ha tratado de un sistema complejo que de un modo u otro implica a toda la institución eclesiástica?».
La periodista comparte asimismo sus sudas sobre quién seleccionará los centros académicos que investigarán las denuncias ante la Congregación para la Doctrina de la Fe. Duda también sobre la eficacia de la otra gran medida anunciada por la CEI, la elaboración de un informe anual «sobre las actividades de prevención y formación y sobre los casos de abusos comunicados o denunciados a la red de servicios diocesanos e interdiocesanos» desde 2020.
«Muchas víctimas no se fían»
«Desgraciadamente ese informe nos dirá seguramente poco o nada de cuál es la realidad de los abusos por parte del clero en nuestro país». Haciéndose eco de las quejas de las víctimas, Scaraffia explica que «en los centros de escucha las denuncias son escuchadas por expertos, también laicos, elegidos por la jerarquía» y por tanto considerados parciales. «No son muchas las víctimas que se fían de esos centros, la mayoría prefiere denunciar ante el vicariato o la justicia civil». Y «no parece» que el informe se vaya a hacer eco de estos casos.
Scaraffia aplaude que en su primera rueda de prensa, el cardenal arzobispo de Bolonia dijera «por primera vez» frases fuertes como que «debemos seriedad a las víctimas» y «queremos asumir nuestra responsabilidad». Por ello «esperamos vivamente que el nuevo presidente, Zuppi, que ha afirmado que “el dolor de las víctimas es nuestra prioridad”, esté dispuesto a esta escucha».