Es otra lógica - Alfa y Omega

El 7 de mayo concluyó la séptima jornada mariana islamocristiana de Argel. Iniciativa de los padres blancos de Argelia, reúne a personas interesadas por la convivencia, la sana emulación y el deseo de aprender de los demás. Este año, en la mesa redonda se habló de arqueología, de religiosidad popular, de experiencias concretas de diálogo. Y compartimos un suculento cuscús antes de escuchar un concierto de música tradicional argelina. Los casi 280 participantes, musulmanes y cristianos, parecían muy contentos de haber participado en esta iniciativa.

Entonces, aquí, ¿todo es perfecto? ¿Todo el mundo es bueno? Por supuesto que no. Cuando se trata de diálogo interreligioso, es importante que sea un verdadero dia-logos (dos discursos) y no un mono-logos (un único discurso), ya sea por cortesía, por ignorancia o por miedo. Es esencial que podamos decir y escuchar lo discordante para avanzar y comprender nuestras divergencias, a menudo insuperables.

Pero también es igualmente esencial saber que quien desea construir conmigo no debe recibir los reproches de quienes no desean ni mi presencia ni mis argumentos, y trabajar junto a quien confía en mí sin esperar que represente a todos sus semejantes. En nuestro barrio hay cuatro mezquitas, pero solo un imán acepta participar en nuestras actividades. ¿Le reprocharemos a este santo varón que sus colegas no nos aprecien? Una administración nos complica la vida, ¿olvidaremos que otros funcionarios nos facilitan los trámites? Algunos profesores inculcan el desprecio de quien es diferente, ¿vamos a desconfiar incluso de aquellos que organizan una excursión con sus alumnos para visitar nuestra basílica en Argel? Muchos niños nos insultan en la calle, ¿hay que meter a todos en el mismo saco? Hay quienes usan las redes sociales para radicalizar a sus seguidores, ¿es razón suficiente para rechazar toda entrevista de la prensa local? Más de un vecino nos niega el saludo, ¿desconfiaremos de aquellos que nos ofrecen un almuerzo o nos envían dulces en las fiestas?

Ofrecer la otra mejilla no es ingenuidad ni debilidad. Es señal de esperanza en el futuro, es alternativa a la violencia que ya existe, es una segunda oportunidad, es otra lógica… ¡es diá-logo!