«Es necesaria información más precisa para estar a la altura de un cónclave» - Alfa y Omega

«Es necesaria información más precisa para estar a la altura de un cónclave»

La vaticanista Mónica Fabiola Ayala, corresponsal de televisiones en Argentina, Paraguay, Uruguay, Perú y México, considera que «la vorágine de la Inteligencia Artificial nos exige un mejor trabajo»

Rodrigo Moreno Quicios
Mónica Fabiola Ayala es corresponsal para varios canales de Sudamérica
Mónica Fabiola Ayala es corresponsal para varios canales de Sudamérica. Foto: Daniel Ibáñez.

A día de hoy lunes, ¿qué se sabe de momento sobre el cónclave que empezará el miércoles?
—Tenemos muchas expectativas por poder vivir este momento histórico como periodistas. Sabemos que en estos momentos se están desarrollando en el aula de la Capilla Paulina el momento en el que todos, también el cuerpo de servicio, están haciendo las oraciones de silencio para que puedan acompañar a los cardenales en el cónclave. Desde la Guardia Suiza hasta las personas que se encargan del traslado o el servicio de limpieza van a poder asistir a ese acto principal.

¿Qué les han contado los cardenales a los que han podido abordar?
—Algo muy interesante es la cercanía de los cardenales. Este es mi primer cónclave y está siendo una experiencia para mí. Los purpurados que entrarán en la Capilla Sixtina el miércoles todavía no están en Santa Marta, viven en las adyacencias del Vaticano. Me llama la atención la paciencia que tienen con cada uno de los periodistas en el momento en que han sido abordados. No han rechazado ninguna propuesta en un momento en el que intentan hacer silencio del mejor modo. También la disponibilidad que tienen para los fieles y peregrinos que se acercan a ellos para expresarles que rezan por ellos. Les piden bendiciones de sus objetos personales. Poder verlos en esta cotidianeidad me llena de emoción.

Generalmente nos los encontramos en el Cancello Petriano por el que ingresan al Aula Pablo VI. Entonces se tiene la posibilidad de verlos, no de hablar con todos porque, según van llegando, todo el mundo se abalanza encima de ellos y es difícil. Pero, con los que he tenido la oportunidad de hablar, siempre tienen esa disponibilidad que me sorprende. En un momento en que tienen que estar concentrados y han participado en los novendiales por el eterno descanso del Papa Francisco, siempre han sido amables con los periodistas, que a veces somos un poco pesados. 

Este es el Cónclave más plural geográficamente hasta el día de hoy y en un contexto marcado por las redes sociales y la desinformación. ¿En qué modo estos factores lo hacen diferente?
—Es un desafío al que nos enfrentamos los periodistas. El mundo en que vivimos necesita una información un poco más precisa para estar a la altura de la naturaleza confidencial de un Cónclave, que es una tradición muy antigua. Hay que hacer llegar información veraz en medio de la vorágine de la inteligencia artificial, que nos exige un mejor trabajo.

Este es un momento fundamental para los periodistas porque somos los encargados de hacer llegar los hechos sin aportar tantas interpretaciones sesgadas y a la vez conectar de modo coloquial con la audiencia y que comprenda lo que va a suceder. A veces es complicado porque hay gente que no forma parte de la Iglesia católica, pero tiene los ojos puestos para entender lo que está sucediendo. Cada país tiene su particularidad, pero al final, todos compartimos una humanidad común. El periodismo es como un sacerdocio en el sentido de que tenemos la misión de dar voz a los que no la tienen, de llevar la verdad y de acompañar a la sociedad en su búsqueda de comprensión.

Este mismo fin de semana se difundió un bulo sobre una ficticia crisis de salud de Pietro Parolin.
—Es uno de los riesgos a los que nos enfrentamos. Nosotros intentamos regirnos por lo que dice oficialmente la Sala Stampa. Antes teníamos actualizaciones presenciales una vez al día de Matteo Bruni, el propio director. Ahora tenemos dos al día y podemos hacerle consultas y él trata de desmentir lo que no es real.

Este es un hecho histórico que sucede cada diez o 20 años, ¿cuál es la atmósfera en Roma? ¿Han visto iniciativas de oración que no solieran suceder antes?
—A partir de hoy la atmósfera que se respira en Roma es totalmente diferente por el gran número de personas que está llegando. Esto se puede observar en las calles y en los medios de transporte. También estoy enterada de que desde Sudamérica hay personas que tuvieron que regresar a sus casas al llegar a los aeropuertos porque en los vuelos hubo overbooking. Mayoritariamente iban llenos de periodistas que venían desde allí para dar esta cobertura y varios grupos de fieles que tenían marcada su peregrinación por este año jubilar que se está viviendo de forma diferente.

Lo estamos viendo a partir de ahora porque estábamos muy enfocados en el funeral del Papa Francisco. Hay gente que empieza a reunirse ahora para rezar de forma espontánea y grupos de peregrinos.

Sin aventurarnos en nombres, estos días en las Congregaciones Generales se está perfilando el perfil del nuevo Papa. ¿Qué rasgos cree que están más asentados?

—Algo que se está compartiendo mucho es que se busca un perfil que pueda continuar con lo ya iniciado por Francisco pero que también recupere cierto sentido de orden y tradición dentro de la Iglesia. Lo que se necesita es una figura que logre una fusión, que conserve el espíritu de renovación, pero que también aporte estabilidad y continuidad institucional. Por eso, mientras los cardenales ingresan a la Capilla Sixtina, se rezan las letanías: Para invocar al Espíritu Santo y pedir que sea Él quien los ilumine en la elección.