«Eres un mujeriego» - Alfa y Omega

«Eres un mujeriego». Así se lo espetó una niña de unos 8 años a su compañero de clase durante el recreo. El chaval, de su misma edad, rondaba a unas y a otras en las inmediaciones de la verja que da a la calle. Yo, que pasaba por allí, no daba crédito a lo que sucedía. La expresión. La intencionalidad. El contexto. La adultez y los celos representados con una década de adelanto. «Los niños van hoy demasiado rápido», solemos escuchar a diestro y siniestro. Pero, ¿por qué sucede esto? ¿Es el acceso y la permisividad de los padres hacia contenidos audiovisuales y series de moda que les hacen perder la inocencia? ¿Es que incluso los progenitores fomentamos que sean mayores antes de tiempo —como esos padres que permiten a niñas tener canales de YouTube donde hacen tutoriales de maquillaje con 6 años—? O quizá sea el famoso sharenting, que arranca a los menores de sus horas de juegos en la alfombra para ser sometidos a la dictadura del like. Algo sucede, está claro. Y, lo que también está cristalino es que todo empieza y termina en las familias, inmersas en sus propios anhelos y deseos. Esto, vemos, tiene consecuencias. Como que una niña de 8 años sepa lo que es ser un mujeriego.