Enlázate por la justicia denuncia que los avances que ha dejado la COP27 «son lamentablemente escasos»
La red agradece la presencia de la Santa Sede en la cumbre, ya no como mera observadora, sino como parte activa, y pide que en sucesivas ediciones incorpore a organizaciones católicas especializadas
La red Enlázate por la justicia ha manifestado «con tristeza» en una nota de prensa «que los avances que ha dejado la COP27 —con las notables ausencias de India, China, y Rusia, países de los más contaminantes— son lamentablemente escasos, a pesar de que todos percibimos con mayor nitidez que la urgencia de abordar la crisis climática es apremiante».
Los cerca de 200 países presentes en la COP27 «se han olvidado de que cumplir los objetivos del Acuerdo de París es una responsabilidad moral de cada uno de ellos y no un mercadeo para alcanzar objetivos geopolíticos u obtener beneficios de parte, sean estos económicos, tecnológicos o de cualquier índole», aseguran desde la red, en la que participan, entre otras instituciones, Cáritas Española o Manos Unidas.
Esta cumbre «ha estado a punto de cerrarse sin acuerdo, por las tensiones de bloques entre Estados desarrollados y países vulnerables, a lo que hay que añadir la presencia de más de 6.000 lobistas»; por eso, es relevante el acuerdo «para el establecimiento de la financiación de daños y pérdidas, aunque de momento sea un fondo vacío de recursos, procedimientos y modalidades de financiación».
No todo es negativo. La red ve «con cierta esperanza que de esta cumbre haya salido la promesa de reformar el sistema económico mundial para hacerlo más participativo y justo», y se congratula por la promesa de acabar con el greenwashing, pero lamenta «la oportunidad perdida para establecer límites y reducciones al uso de los combustibles fósiles, así como para poner plazos de cumplimiento» y alerta «de que aunque está en peligro el umbral de 1,5º C, pareciera que las partes ya hubieran renunciado a lograrlo».
Exigen, además, «que se retorne a la senda de la desinversión en combustibles fósiles y que no se considere el gas como una energía de transición», y se congratulan de la presencia por primera vez de la Santa Sede, ya no como observadora «sino como parte en la conferencia». Esperan que «en las sucesivas incremente su delegación incluyendo en ella a jóvenes activistas ambientales y organizaciones católicas especializadas».