En los planes de formación ya está el mindfulness - Alfa y Omega

En los planes de formación ya está el mindfulness

La sustitución de la didáctica en la formación del profesorado por la «gestión de sentimientos y bienestar» es la puerta de entrada de las seudociencias al aula

Rodrigo Moreno Quicios
Profesores, astrónomos y divulgadores advierten de que hasta «una persona con alto nivel cultural puede tener pensamiento mágico»
Profesores, astrónomos y divulgadores advierten de que hasta «una persona con alto nivel cultural puede tener pensamiento mágico». Foto: Freepik.

«Si ha habido una separación entre ciencia y seudociencia en la historia, la astronomía y la astrología son el mejor ejemplo», cuenta a Alfa y Omega Javier Armentia, director del Planetario de Pamplona. Armentia advierte de que la oferta de creencias mágicas en los colegios, como el recientemente cancelado curso Bienestar emocional a través de la astrología psicológica, dirigido al profesorado público en Albacete, es directamente «una subversión del proceso social al que llamamos educación». «Es abominable, porque sabemos lo maleable que es la conducta en la adolescencia», una etapa en la que se forman la mayoría de los valores. «Cuando a un alumno le damos un curso sobre influencias astrales le estamos mintiendo y no tenemos derecho a mentir a nadie».

La astrología, «al igual que cualquier timo, no podemos tolerarla», considera Armentia. No solo porque quienes viven de ella «se aprovechan de la ingenuidad de las personas» para «sacarles los cuartos». Aparte, puede ser la puerta de entrada a una idea del mundo que «te puede matar por sustitución». «Se ha visto mucha gente con cáncer que, en vez de acudir al oncólogo, van a un grupo de constelaciones familiares». Estos grupos de constelaciones, contra los que el profesor Manel Sañudo, experto en la prevención de dinámicas sectarias en la educación, lleva diez años luchando, sostienen que las personas arrastran de forma inconsciente patrones de sus antepasados que determinan su conducta. Durante sus sesiones, los asistentes comparten entre sí todo tipo de detalles de sus parientes, «hasta qué enfermedades ha habido y qué conflictos hay». «Se produce una intromisión en la intimidad de las familias», denuncia Sañudo, quien advierte de que estas dinámicas «minan la autonomía y hacen que pienses como el gurú del movimiento». Sañudo fecha la entrada de este tipo de ideas en los centros hace 15 años. «Se dejaron de hacer formaciones en didáctica para darlas en gestión de sentimientos y bienestar», apunta. Desde entonces «hay una competición por no quedarse atrás y abrazar las últimas modas», estén demostradas o no. Y con esas presuntas buenas intenciones, «en los planes de formación apareció el mindfulness, la pedagogía sistémica y la educación holística», esta última con prácticas como «una hora de meditación a la semana para conectar con el universo». 

El profesor lamenta que «hoy día el contenido es lo menos importante para las autoridades educativas», que ya está «el campo abonado» para este tipo de creencias y que «el colectivo docente es muy permeable». Citando una investigación del neurobiólogo Héctor Ruiz Martín, denuncia que «el 90 % cree en neuromitos educativos», por ejemplo, que las personas tienen un hemisferio cerebral prevalente sobre el otro. «Todo eso es mentira y está ampliamente rebatido», sentencia.

Víctor Pascual, secretario de Hablando de Ciencia, una asociación por la divulgación que organiza eventos contra las seudociencias en Granada, Barcelona y Málaga, advierte de que, «aunque nos encantaría, una persona con un alto nivel cultural puede tener pensamiento mágico». Por tanto, si debe tomar decisiones en un colegio, puede dar por bueno un curso que no lo es. Para evitarlo, Pascual pide que las ofertas pasen «varios filtros» y así evitar «que los responsables del sistema público acepten estas tonterías», concluye.

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