En Gaza la gente pelea por un poco de comida - Alfa y Omega

En Gaza la gente pelea por un poco de comida

Hasta el 1 de marzo se puede contemplar en el Museo Misiones Salesianas Asedio y hambruna, la serie de imágenes con las que el fotoperiodista palestino Mahmoud Issa ha ganado el Premio Luis Valtueña

María Martínez López
Reparto de comida en el campamento de Jabalia durante el Ramadán
Reparto de comida en el campamento de Jabalia durante el Ramadán. Foto: Mahmoud Issa.

En circunstancias como las que ha vivido la Franja de Gaza desde octubre de 2023, «los niños no crecen. Solo hay dolor y hambre», subraya a Alfa y Omega el fotoperiodista Mahmoud Issa, ganador del Premio Internacional de Fotografía Humanitaria Luis Valtueña, que organiza la ONG Médicos del Mundo. En su serie Asedio y hambruna narra los efectos de lo que denuncia que es una «estrategia» por parte de Israel y cómo «a medida que avanza el conflicto la salud de los niños se deteriora». Es el caso de Amjad, cuyo famélico cuerpecito casi de bebé —en realidad tenía 3 años— sostiene su madre. «Al final, murió». Como tantos.

Pepe Fernández, presidente de la ONG, subraya que el fotógrafo «construye el relato de lo que significa la lucha por comer y el impacto de la hambruna». El jurado, compuesto por profesionales del fotoperiodismo y la acción humanitaria, valoró lo bien contado que está, con testimonios directos. Fernández se confiesa impactado por imágenes como la de la gente extendiendo la mano en busca de alimento, la de una familia comiendo sobre las ruinas de su hogar o la de «unos niños sonrientes disfrutando las raciones que han logrado, no especialmente apetitosas».

Amjad al Qanoo, de 3 años, en el distrito de Jibaliya. Acabó falleciendo
Amjad al Qanoo, de 3 años, en el distrito de Jibaliya. Acabó falleciendo. Foto: Mahmoud Issa.

Pero el «recuerdo que más perdura en mi mente» es el de la lucha por conseguir comida, apunta Issa. Ha sido testigo de cómo «la gente sale cada día para encontrar lo que sea para sus hijos» y de las «dolorosas» imágenes de «padres y madres esforzándose por conseguir un poco de arroz». Pero se refiere literalmente a las peleas que ha presenciado por ejemplo en los tekia, una especie de ollas comunitarias a las que «va mucha gente».

Su obra y la de los finalistas se puede contemplar hasta el 1 de marzo en el Museo Misiones Salesianas. Después visitará casi todas las autonomías durante más de un año, visitando las sedes locales de Médicos del Mundo. Fernández subraya que «el mundo del fotoperiodismo ha hecho suyo este premio», como se desprende del hecho de que se hayan presentado 897 trabajos de 96 países.

«Espero que el mensaje llegue» y «pueda contribuir a hacer realidad que el mundo ponga fin a la guerra de Gaza», comparte. Por ello, «el premio significa mucho para mí emocionalmente, más que económicamente». De hecho, confiesa el presidente de Médicos del Mundo, las trabas para enviar cualquier cosa a la Franja son tales que aún no le han podido hacer llegar los 6.000 euros con los que está dotado. Para Fernández, la labor de Issa es un «testimonio con mayúscula», también por su valentía. «En este conflicto se ha visto específicamente la crueldad hacia determinados sectores», entre ellos el personal sanitario y los periodistas. Según el Comité para la Protección de los Periodistas, en 2024 murieron en Gaza 85 periodistas. De hecho, «justo después de publicar este reportaje bombardearon su casa». En este sentido, el fotoperiodista señala que «no hay lugares seguros» ni formas de protegerse. «Solo cumplimos con nuestro deber y esperamos regresar vivos con nuestras familias».