En Gabón «la población tiene miedo» tras el golpe de Estado

En Gabón «la población tiene miedo» tras el golpe de Estado

Un general, primo del presidente depuesto, es el nuevo hombre fuerte del país. La situación en la calle es de calma después de que el Ejército tomara el poder debido a las acusaciones de fraude electoral, aseguran fuentes que desean permanecer en el anonimato

Redacción
Gabón
Soldados de la Guardia Republicana en una calle de Libreville, el pasado miércoles. Foto: Reuters / Scott Ngokila.

Después del golpe de Estado del pasado miércoles en Gabón, Libreville «es una ciudad muerta». Lo afirmaron a Fides el mismo día fuentes locales que pedían permanecer en el anonimato. «No hay ni personas ni vehículos en las calles y la situación sigue en calma» en la capital del país. «Por la noche se escucharon disparos, pero por lo que sabemos fueron disparos al aire».

Un grupo de militares anunció el miércoles que el Ejército había tomado el poder. El golpe se produjo poco después de que la Comisión Electoral anunciara oficialmente la victoria del presidente saliente, Ali Bongo Ondimba, en las elecciones del 26 de agosto. Según esta institución, había logrado un 64,27 % de los votos. Minutos después, los militares aparecieron en televisión anunciando que habían depuesto a Bongo y habían tomado el poder.

«Hemos decidido defender la paz poniendo fin al régimen en el poder», afirmó una docena de militares en un mensaje difundido en el canal de televisión Gabón 24. Explicaron que habían constituido un Comité para la Transición y la Restauración de las Instituciones (CTRI), «garante de la protección de las instituciones». El general Brice Oligui Nguema, comandante de la Guardia Republicana y primo del presidente depuesto se ha erigido como nuevo hombre fuerte del país, informa EFE.

Apoyo a los militares

«Fue todo el Ejército, incluida la Guardia Republicana y los pretorianos del presidente, quienes llevaron a cabo el golpe. La Gendarmería y la Policía también parece que secundan a los militares», precisaron las fuentes de Fides.

Tras la votación del 26 de agosto, el Gobierno impuso un toque de queda e interrumpió la conexión a internet. Pretendía acallar las denuncias del principal oponente de Bongo, Albert Ondo Ossa, que hablaba de un «fraude orquestado» por parte del bando presidencial y pedía ser declarado el ganador al final del recuento.

«Lo primero que ocurrió inmediatamente después de que los golpistas tomaran el poder fue la reanudación de las comunicaciones por internet», subrayan desde el país. «Sin embargo, la población tiene miedo, es consciente de la violencia que se desató en 2009 y en 2016 y teme lo que pueda pasar».

Ese mismo día, el presidente depuesto pedía ayuda a la comunidad internacional a través de la red social X (antes Twitter). En un «mensaje a todos los amigos que tenemos en todo el mundo», los instaba a «hacer ruido, porque estas personas nos han arrestado a mí y a mi familia». Bongo lleva en el poder desde 2009, cuando ganó las elecciones convocadas tras la muerte de su padre, el presidente Omar Bongo.

Mensaje de los obispos

La Iglesia en Gabón lleva tiempo mirando con preocupación e incertidumbre la situación en el país. En un mensaje previo a las elecciones, el 23 de agosto, los obispos reiteraron que «las elecciones son una ocasión de expresión de la elección política de un pueblo y son un signo de legitimidad para el ejercicio del poder. El incumplimiento de la Constitución nacional, de la ley o del veredicto de unas elecciones libres, justas y transparentes demostraría un grave fallo de gobernanza y significaría una falta de competencia en la gestión de los asuntos públicos».

Adelantándose a lo que podía pasar, pedían «evitar enfrentamientos y violencia en cualquiera de sus formas después de las elecciones». Ya los días 7 y 8 de julio, tal como relató en su día Gabon Review, la Iglesia convocó dos días de oración y penitencia por el país. Esos días, invitaron a rezar por el fin de los secuestros y los crímenes de sangre y por el desarrollo de las elecciones en un clima de verdad, justicia y transparencia.