En esta parroquia los curas «no somos Superman»
Con la agenda ya llena, San Clemente Romano quiere salir más al barrio y buzonea 5.000 tarjetas de Navidad
Nada más asomarse a la página web de la parroquia de San Clemente Romano, en el madrileño barrio de Villaverde, uno queda abrumado por la cantidad de actividades destinadas a los fieles solo con motivo de la Navidad: un retiro para una puesta a punto espiritual, un oratorio navideño con la interpretación de El Mesías de Haendel, un encuentro de niños, la bendición de familias, un buzón de cartas para los Reyes Magos con la correspondiente cabalgata… Cualquiera podría pensar que la parroquia es un centro organizador de actividades para feligreses, pero nada más lejos de la realidad. «Aquí no hacemos cosas solo para que la gente venga y reciba un producto, no somos dispensadores de servicios para meros consumidores, sino que lo que buscamos es crecer todos juntos como comunidad», explica Joaquín Hernández, párroco del templo y también evangelizador en redes sociales a través de su cuenta @joaquinconp.
Hernández cuenta que el objetivo de la parroquia es «lograr discípulos misioneros atendiendo a la llamada del Papa, sabiendo que la madurez de una comunidad se da cuando todos, sacerdotes y laicos, se encuentran en un proceso de discipulado y de servicio», añade. En San Clemente Romano esto se concreta en una Escuela de Crecimiento que constituye «nuestra espina dorsal». En ella, un centenar de adultos se reúne cada semana para un proceso de cuatro años de inspiración catecumenal, en el que hay «mucha formación y mucho compartir la propia vida en grupos pequeños», dice el párroco. Esta escuela se complementa con un grupo similar para gente más joven, cerca de 60. A todo lo que hacen sus mayores, ellos le añaden adoración al Santísimo y una cena en común.
Cómo presentarse al barrio
Gravitando en torno a estos dos ejes hay actividades diversas, como una alabanza periódica, varios cursos Alpha, LifeTeen para adolescentes, ejercicios espirituales para jóvenes… Llama la atención el grupo Los Pepes, en el que padres de familia se reúnen un sábado al mes para dar un paseo junto al río Manzanares rezando el rosario y escuchar una formación. También existe un encuentro mensual de parejas, que se llama así y no de matrimonios «porque no todos están casados por la Iglesia, aunque este sea nuestro objetivo para ellos», dice el sacerdote, que cuenta que ya ha podido celebrar la boda de varias de estas parejas.
En cualquier caso, este proceso de crecimiento no se entiende sin su dimensión de apertura al barrio. «El modo más obvio de presencia pública es Cáritas, donde hemos ayudado a cientos de familias», dice Hernández. Junto a ello, cada año por estas fechas realizan un buzoneo de más de 5.000 felicitaciones contando las actividades de Navidad, algo que se une a la carroza que montan junto a otras parroquias de la zona para la cabalgata de Reyes del barrio.
«En este ambiente tan secularizado, el reto es llegar a los vecinos y salir de nuestros muros», señala. «El criterio no debe ser que las Misas estén llenas u organizar muchas cosas». Así, reconoce que «no podemos estar tranquilos sabiendo que solo un 5 % de nuestros vecinos acude a Misa los domingos y muchos de los jóvenes no han visto un cura en su vida». Por eso, San Clemente Romano se encuentra este año «en un proceso en el que nos estamos preguntando cómo alcanzar a un barrio que no nos conoce».
La herramienta que está guiando este recorrido es un ejercicio de discernimiento que está haciendo el consejo pastoral, donde tanto sacerdotes como laicos «estamos tratando de dar forma al sueño de Dios para nuestra parroquia: la acogida radical y la salida permanente». Es algo que «solo podemos hacer en comunidad, porque los curas no somos Superman».