La colección Runas conmemora con esta edición los 60 años del clásico del británico John Wyndham. Se trata de una famosa novela de ciencia ficción del subgénero posapocalíptico en la que el protagonista, Bill Mansen, deja crónica de supervivencia de una gran catástrofe que sufre Londres pero que, posiblemente, tenga dimensiones planetarias. El joven Mansen es un experto en trífidos, unas plantas de incierto origen extraterrestre cuya explotación agrícola revoluciona el mercado en un marco de máxima preocupación, y competición internacional, por la cada vez más acuciante crisis alimentaria mundial. Estos vegetales monstruosos, que alcanzan los tres metros de altura, culminan su amenazadora evolución cuando un aciago día tiran de sus raíces y echan a andar. Poco después, se desata la alarma social al comprobarse que se trata de una especie carnívora que empieza a atacar a las personas con una suerte de aguijón venenoso. Tales características insólitas convierten el sentido de la vista en la gran, casi exclusiva, ventaja con la que cuenta el ser humano sobre estas plantas ambulantes, pero también esto se complicará, y aquí viene lo peor: acontece una lluvia de meteoritos que deja ciego a todo aquel que se queda embelesado ante el fenómeno, es decir, a la mayor parte de la población. El resultado es que los trífidos se convertirán en los más grotescos y letales depredadores sobre la faz de la Tierra.
Comienza así la dramática aventura de Mansen, uno de los pocos afortunados que conservan la visión intacta, en una ciudad cada vez más sumida en la tragedia y la desesperación. Pronto comienzan los suicidios, los abusos de poder y una lucha por sobrevivir en las calles que se narra con unos tintes neodarwinistas muy desoladores. Afortunadamente, el protagonista encontrará en su deambular a Josella Payton, intrépida compañera de viaje de la que se enamorará, a la que perderá en el camino y a cuya incansable búsqueda se dedicará desde la mitad del libro.
Más allá del contexto sociopolítico que preanuncia la Guerra Fría, las primeras reflexiones profundas se plantean en torno al concepto de virtud. ¿Acaso esta cambia cuando hay una transformación radical del escenario vital? Lo cierto es que leemos con detalle sobre los reparos de los personajes a asaltar las tiendas, a pesar de estar abandonadas, para conseguir comida; también queda expuesto su dilema moral cuando necesitan hacer allanamiento de morada en residencias ajenas, aunque deshabitadas, con objeto de recobrar fuerzas para poder seguir adelante. Hay un esfuerzo muy racional, desde el primer momento, por no perder los valores de la civilización a la primera de cambio. Bill y Josella combaten cualquier inercia hacia el salvajismo, se protegen de la degradación mental mediante la reflexión consciente, luchan por no insensibilizarse ante la barbarie y evitan aceptar el caos como excusa para todo. A lo largo del peregrinaje, conoceremos diferentes intentos de reagrupación y reconstrucción social a pequeñísima escala, de videntes e invidentes, que contemplarán opciones que van desde la comunidad cristiana hasta el señorío feudal.
Poco a poco los protagonistas dejarán atrás cualquier resquicio de autocompasión y agradecerán el simple hecho de poder mantenerse cuerdos y sanos. Serán, finalmente, las últimas páginas las más alentadoras, con diálogos de pareja que traslucirán cómo el amor incondicional y la confianza logran imponer la felicidad sobre cualquier situación, incluso la más extrema. Lo mejor llegará con el feliz nacimiento de un bebé fuerte y saludable, el pequeño David, un gran alivio ante todo lo perdido. Y la frase de cierre de que, «mientras haya vida, habrá esperanza».
John Wyndham
2021
264 páginas
21,50 €