El voto católico en Francia - Alfa y Omega

La Croix ha encargado al grupo francés IFOP una encuesta sobre el voto católico en Francia. El titular con el que el periódico sintetiza el resultado del estudio es impactante: en las presidenciales de 2022 el voto católico se radicaliza hacia Le Pen y Zemmour. En cinco años, los católicos han pasado de votar a Los Republicanos en un 55 %, a apoyar a la extrema derecha en un 40 %. Los analistas hablan de la dispersión del voto católico, de la recomposición del catolicismo francés y de la reivindicación pública de la identidad cristiana. Hasta el día 10 de abril de 2022, el voto de los católicos franceses practicantes era un voto moderado y más alejado que el del resto de los franceses de las fórmulas de la extrema derecha. ¿Qué ha cambiado? Sabido que los partidos confesionales son una fórmula periclitada, que el pluralismo de las mediaciones políticas es clave en las relaciones cristianismo-política y que no existen identificaciones posibles entre la fe cristiana y los programas de los partidos políticos, hay algo no resuelto que late en el fondo de lo sucedido en Francia, y que algunos están interesados en resucitar en España.

Se dice que la batalla es por la identidad de lo católico en una sociedad en la que las raíces cristianas se han difuminado. En realidad tiene más que ver con facilitar, buenas intenciones al margen, que el cristianismo se conviertan en el escabel de las fuerzas políticas antiliberales y antieuropeas. El pensamiento reaccionario y también el revolucionario saben cómo tentar a algunos católicos para que estos acaben confiando en las estructuras políticas como garantías de la identidad de lo cristiano. Que los católicos franceses acudan a las urnas en un 86 % es una excelente noticia que dice mucho de su conciencia cívica. Que crean que las urnas les concederán aquello que no alcanzan como comunidad de vida cristiana es un fracaso. Recuerden que Maurras fue condenado por el Santo Oficio por nacionalista, estatista, antisemita y pagano. Los mejores le abandonaron pronto y alumbraron una página gloriosa del catolicismo francés: la del humanismo cristiano.