El Vaticano cumple las últimas voluntades del Papa: Manda un papamóvil a Gaza y medicinas a Ucrania
Antes de fallecer, pidió que se realizaran estas acciones como gesto concreto -uno más- de su cercanía con los que más sufren
El Papa Francisco pidió antes de morir el pasado 21 de abril que un papamóvil, el vehículo que solía usar en sus recorridos entre los fieles, fuera destinado a la asistencia de la población y los niños de la Franja de Gaza.
El vehículo ya ha sido puesto a disposición de Cáritas de Jerusalén, que lo está preparando en Suecia para la misión que pidió Francisco, según ha informado este domingo el Servicio de Información Religiosa (SIR) de la Conferencia Episcopal Italiana.
El papamóvil estará gestionado por médicos y llevará en su interior instrumentos de diagnóstico, test rápidos de infecciones, material de sutura, jeringuillas, oxígeno, vacunas y un frigorífico para transportar medicinas.
Desde que estallara el conflicto, Francisco siempre llamó a la paz en la Franja de Gaza y, de hecho, solía telefonear a su única parroquia católica durante su difícil convalecencia por una infección respiratoria y hasta pocos días antes de fallecer.
«Desde el cielo seguirá ayudándonos»
El Vaticano también ha enviado artículos de primera necesidad, ropa, productos de higiene, medicinas y alimentos a Ucrania. Se trata del envio número 131. Todos ellos -también este- fueron impulsados por Francisco, quien nunca dejó de rezar, de buscar la paz y de enviar ayuda material a la «atormentada Ucrania».
En declaraciones a SIR, el padre Marco Yaroslav Semehen, párroco de Santa Sofía, ha recordado la constante cercanía de Francisco a la misión humanitaria nacida en torno a la basílica de Santa Sofía, la iglesia ucraniana en Roma. «Los paquetes y la ayuda llegaron de forma continua y sistemática a través del cardenal Krajewski», el limosnero pontificio. «Puedo decir que en cada camión había ayuda del Papa Francisco. Estamos seguros de que desde el cielo el Santo Padre seguirá ayudándonos y lo hará aún más. Sin embargo, lo más grande que el Papa Francisco hizo por nosotros fue no permitir que nuestra esperanza se apagara jamás».