El Vaticano abre una investigación por sospechas de espionaje
La investigación del Vaticano se relaciona con el escándalo de espionaje en Italia que ha afectado a más de 800 personas con relevancia pública
El Promotor de Justicia del Estado Vaticano (fiscal), Alessandro Diddi, ha abierto una investigación tras constatar sospechas de que algunos archivos confidenciales electrónicos de la Santa Sede habrían sido violados en el marco de un caso de espionaje que ha sacudido Italia.
«En cuanto descubrí, por artículos de prensa, la existencia de un acecho electrónico en relación con la Santa Sede, abrí un expediente, porque creo que alguien siguió nuestras investigaciones desde el exterior», ha asegurado Diddi en declaraciones al diario italiano Il Tempo el pasado 17 de marzo.
Los orígenes del escándalo de espionaje en Italia se remontan a marzo de 2022, cuando un periódico italiano publicó una serie de artículos sobre los negocios de Guido Crosetto, que había sido nombrado ministro de Defensa con el nuevo gobierno conservador de la primera ministra Giorgia Meloni.
Crosetto presentó una denuncia por violación de la confidencialidad y se descubrió que el agente de la Guardia de Finanzas empleado en la fiscalía Nacional Antimafia, Pasquale Striano, había extraído información reservada de diversos archivos estatales, como el de la agencia tributaria, el relativo al lavado de dinero negro o el de la propia antimafia, para obtener información comprometida sobre él.
Más de 800 personas entre los que están ex jefes de Gobierno, ministros, policías, políticos de diversa ideología, empresarios, obispos, estrellas del mundo del espectáculo e incluso figuras del fútbol como el jugador Cristiano Ronaldo o Massimiliano Allegri, entrenador de la Juventus fueron espiadas de manera ilegal por Striano que consultaba los archivos confidenciales para conseguir información relevante que luego facilitaba a algunos periodistas del diario local Domani. De hecho, además de Striano hay varios periodistas del citado periódico en la lista de 15 investigados por la Fiscalía de Perugia, que dirige el caso, en la que también destaca el nombre de un fiscal de la Dirección Nacional Antimafia, Antonio Laudati.
Según el periódico italiano Il Tempo, los investigadores han establecido que Striano también rompió la privacidad de bases de datos de la Santa Sede para buscar información relevante sobre algunos de los procesados por la compraventa opaca de un edificio de lujo en Londres por valor de unos 300 millones de euros.
En concreto, el fiscal del Vaticano pretende determinar si se usó ilegalmente información confidencial de los archivos de la Santa Sede para influir de alguna manera en el proceso que acabó condenando al cardenal Angelo Becciu en diciembre por su involucración en esta operación financiera.
Según la información que maneja el diario italiano, entre julio y octubre de 2019, por ejemplo, Striano habría realizado tres búsquedas distintas relacionadas con Raffaele Mincione, uno de los dos financieros italianos acusados de defraudar al Vaticano por la transacción financiera del edificio de Londres.
Striano también habría buscado información sobre Luciano Capaldo, arquitecto y consultor de la Secretaría de Estado del Vaticano, y testigo clave en el juicio; Gianluigi Torzi, el otro empresario implicado en la operación de Londres; Fabrizio Tirabassi, antiguo funcionario de la Secretaría de Estado y otro acusado en el caso; y también Cecilia Marogna, la mujer a la que Becciu recurrió para ayudar a negociar la liberación de algunos religiosos secuestrados, que fue condenada por desviar los fondos del rescate para comprarse artículos de lujo.
«Abrir un expediente es un acto necesario, aunque de momento sea contra partes desconocidas», ha asegurado Diddi. Y ha añadido: «También debemos entender qué tipo de delito se ha podido cometer, pero es algo que merece absolutamente ser investigado».
El expediente investigativo abierto en el Vaticano está, de momento, en fase sumarial y de recogida de pruebas, pero no contiene sospechosos.