El último mensaje de Francisco antes de morir: «Crean en un amor para toda la vida»
En el prólogo del libro Youcat: Amore per sempre, publicado póstumamente, llama a no resignarse ante el miedo al compromiso
El Papa dejó un último mensaje a los jóvenes antes de morir: «Crean en el amor, crean en Dios y crean en poder afrontar la aventura de un amor para toda la vida». Nueve días después de su fallecimiento, el pasado lunes a los 88 años, se ha publicado un texto suyo como prólogo del libro Youcat: Amore per sempre. En él, el pontífice argentino reivindica el valor del matrimonio cristiano y llama a los jóvenes a no resignarse ante el miedo al compromiso.
«Me conmueve siempre ver a los jóvenes que se aman y que tienen la audacia de transformar su amor en algo grande», escribe el difunto Pontífice. Consciente de las dificultades de las parejas jóvenes en la actualidad, no oculta la fragilidad de muchos vínculos. «Muchos matrimonios actualmente fracasan después de tres, cinco o siete años», reconoce. Sin embargo, insiste en que el amor quiere ser definitivo y que renunciar a ello puede dejar huellas profundas: «Los seres humanos necesitamos ser acogidos sin reservas y quienes no lo experimentan, a menudo —sin saberlo— llevan consigo una herida para toda la vida».
Para fortalecer los vínculos matrimoniales, propone recuperar el catecumenado, una preparación más exigente para el sacramento del matrimonio, inspirada en la iniciación cristiana de los primeros siglos. «Eso podría salvarles de decepciones, de matrimonios inválidos o inestables», indica.
El Papa aconseja también participar «absolutamente» en cursos prematrimoniales. «Cuanto más exigentes sean, mejor», subraya. Y recomienda a los novios hablar entre ellos o con otras parejas sobre este libro, destinado a jóvenes que se plantean el matrimonio como vocación.
Francisco utilizó también una imagen de su tierra natal para hablar del amor conyugal. «El amor es como el tango argentino: un juego libre entre hombre y mujer, lleno de fascinación erótica y atracción. Los bailarines se cortejan, viven la cercanía y la distancia, la sensualidad, la atención, la disciplina y la dignidad», valora.