El tío Pelé, el primer beato gitano, «amaba la Eucaristía. Era de Misa diaria»

En el mes de noviembre, el escritor Jesús Cortés fue invitado por la Pastoral Gitana de Madrid a presentar su libro El Pelé, gitano y mártir, que versa sobre este beato –Ceferino Giménez Malla– que fue fusilado en el contexto de la persecución religiosa de los años 30 en España. El acto fue presidido por uno de los obispos auxiliares de Madrid, Juan Antonio Martínez Camino, quien, citando a Tertuliano, «dijo que “de la sangre de los mártires brotan semillas de nuevos cristianos” y que mi libro era “una flor que florece de la sangre del tío Pelé y que haría mucho bien como ayuda para el anuncio del Evangelio”», recuerda Cortés.

Aquellas palabras se le grabaron en el corazón al escritor y unos días después volvieron a resurgir en su interior. ¿Por qué no hacer brotar otra flor sobre el tío Pele, pero esta vez en formato audiovisual y dando la palabra a los gitanos católicos? «Sentía que los herederos de la sangre del beato, sus hijos en la fe, las semillas brotadas de la sangre de este mártir, quienes debían tener voz», explica el escritor a Alfa y Omega.

Así surgió el documental Las florecillas del tío Pelé, cuyo estreno está previsto para el 4 de mayo, cuando se conmemora el 25 aniversario de su beatificación. El filme cuenta con la participación, entre otros, de Elena Jiménez Cenizo, bisnieta del tío Pelé; Antonio Heredia, sacerdote gitano, o José Emiliano Rodríguez, director nacional de la Pastoral Gitana de la CEE.

«He querido contar la historia de un alma enamorada de Cristo, la del gitano Ceferino, que es un referente para todos los gitanos y para todos los católicos, aunque son muchos los que todavía desconocen su figura», asegura el director. El tío Pelé «amaba la Eucaristía, era de Misa diaria, y también un hombre de oración. Toda esa vida de fe se refleja en su obrar diario», explica.

En el corazón de la Iglesia

La relación de Jesús Cortés viene de lejos y tiene de intermediario a su padre, que «es gitano». Por eso, «nuestro párroco le dio a mi padre la estampa del entonces siervo de Dios Ceferino Giménez Malla y mi padre, posteriormente, me la dio a mí con mucho cariño. Siempre la he tenido guardada en mi salterio».

El mundo gitano no es indiferente a la fe. «Por eso en el documental he querido destacar las palabras que Pablo VI dirigió al pueblo gitano en su visita a Pomezia: “Estáis en el corazón de la Iglesia”», concluye Cortés, no sin antes destacar el trabajo de evangelización llevado a cabo por el CEE o el Consejo Gitano y que se traduce en iniciativas como la Escuela de Evangelización de San Andrés.