El testamento solidario, o cómo transformar la herencia en esperanza
Las organizaciones sociales recuerdan que esta decisión «está al alcance de cualquier persona, apenas requiere tiempo, evita problemas legales y garantiza que la voluntad solidaria se cumpla»
Desde uno de los patios de un centro de protección de menores para niños de la calle de Lagos (Nigeria), el misionero salesiano Jorge Crisafulli, que lleva en el país más de 30 años, lanza este sábado un mensaje: «Quisiera hacerles una propuesta muy bonita: el testamento solidario. Les pediría que consideren la posibilidad de que Misiones Salesianas sea destinataria de su herencia o de parte de ella».
En el Día del Testamento Solidario, que se celebra cada 13 de septiembre, la entidad recuerda que cerca del 20 % de los ingresos totales que obtuvo la organización en 2024 fue gracias a «este gesto sencillo, pero de gran impacto». De hecho, se convirtió en la segunda fuente de financiación con una aportación de más de tres millones de euros, que se destinaron a los diferentes proyectos sociales que tienen en más de 130 países.
Pero ¿de qué se trata? Es un documento privado con el que se puede designar tanto a la familia como a una organización para que figuren conjuntamente o de manera exclusiva como herederos, testamentarios o legatarios de los bienes de una persona. Las organizaciones recuerdan: «Hacer el testamento solidario está al alcance de cualquier persona, apenas requiere tiempo, evita problemas legales y garantiza que la voluntad solidaria se cumpla». Conviene recordar que en el caso de que no haya herederos ni testamento, la ley establece como heredero legítimo al Estado.
No fue el caso de una persona anónima que decidió incluir en su testamento a Misiones Salesianas «porque quiero ser un ejemplo para mis herederos. Los he educado en vida en la solidaridad y quiero que cuando yo no esté siga siendo así», explica.
El testamento solidario se propone como «un gesto que, por pequeño que parezca, puede suponer un cambio decisivo y ser la esperanza para que muchos niños construyan su futuro», aporta el director de Misiones Salesianas, Luis Manuel Moral. Las personas que se decidan a hacerlo «pueden tener la seguridad de que cualquier cosa que entreguen, sin importar la cantidad, se convertirá en escuelas, en centros de formación profesional, en oratorios y centros juveniles, en centros de protección de menores», apunta Crisafulli. En definitiva, de «que su contribución, su testamento, se transforme en la sonrisa de miles de niños vulnerables».
Además, el misionero va más allá: «Sabemos que la herencia es una manera de seguir existiendo. Más allá de nuestra muerte, podemos seguir contribuyendo a la construcción de un mundo mejor». En este día, las entidades sociales animan a informarse sobre esta opción, no tan conocida, pero con un gran impacto en la vida diaria de tantas personas.