El Senado italiano permite la presencia de voluntarios provida en clínicas abortivas
Esta medida está incluida en el Plan Nacional de Recuperación y Resiliencia (PNRR), financiado con fondos europeos
Giorgia Meloni no piensa revocar la ley del aborto italiana, que ha cumplido 46 años. Pero sí ha dejado claro que su objetivo es dar a las mujeres que piensan que el aborto es la única opción que tienen la posibilidad de tomar una decisión diferente. El Senado italiano acaba de dar luz verde a que voluntarios provida entren en clínicas abortivas, con 95 votos a favor y 68 en contra.
Este era el último resorte legal que debían sortear los activistas para poder hablar con las mujeres embarazadas que entran a informarse o a practicarse un aborto dentro de las clínicas donde se practican interrupciones del embarazo. La Cámara de Diputados lo aprobó el 16 de abril por 185 votos a favor, 115 en contra y cuatro abstenciones.
Esta labor se financiará con fondos europeos. Además de aprobar la medida, el Gobierno la ha incluido en el decreto sobre medidas financiadas por el Plan Nacional de Recuperación y Resiliencia (PNRR). Este debe convertirse en ley antes del 1 de mayo, y en el que la mayoría ha depositado su confianza, por lo que su aprobación es casi un hecho.
Con todo, Jacopo Coghe, portavoz de Pro Vita, la mayor organización provida de Italia, ha asegurado en declaraciones a la agencia Dire que la misión de la institución que preside no es entrar en «centros de asesoramiento», ni tampoco «colaborar con ellos». De hecho, la ha enmarcado en la concienciación social: «Nuestra asociación —ha explicado— tiene una misión más social, informativa, cultural y política. Seguiremos con nuestras actividades».
Con todo, ha reconocido que «hay muchas asociaciones que llevan más de 40 años colaborando con centros de asesoramiento y seguirán haciéndolo». En este sentido, ha asegurado que las clínicas deberían «volver a su función original de ayudar a las mujeres a encontrar alternativas concretas al aborto».
Según datos del Ministerio de Sanidad del país, cada vez son más los médicos italianos que se niegan a realizar abortos, alcanzando cifras como el 65 % y el 80 % en algunas regiones como Sicilia o las Marcas.