El sacerdote eritreo Mussie Zerai pide a la UE reubicar a los refugiados retenidos en Libia
La situación en Libia, con centros de internamiento convertidos en «campos de concentración», ya «no se puede tolerar más». Mussie Zerai, fundador de una ONG de ayuda a los migrantes, ha lanzado un llamamiento a favor de un «programa serio de reasentamiento» que permita cerrarlos
El sacerdote eritreo Mussie Zerai, ganador del Premio Mundo Negro en 2017, ha pedido a la Unión Europea que ponga en marcha «un programa serio de reasentamiento» que haga posible la evacuación total de los centros de internamiento de migrantes en Libia. Organizar su traslado temporal a otro país, de cara a su reubicación en Estados miembro de la UE «salvaría a miles de la muerte en el mar o en el desierto».
Además, permitiría a la Unión cumplir su compromiso anunciado hace tres años de acoger a 50.000 refugiados del África subsahariana, apunta el sacerdote en el llamamiento lanzado por la entidad humanitaria fundada por él, Habeshia.
«La situación no se puede tolerar más», denuncia Zenari. La ha seguido desde 2003, y poco después se implicó directamente en la ayuda a los migrantes y refugiados que parten de las costas libias. Trasladar a la guardia costera las llamadas de socorro que recibe le ha costado ser llevado ante los tribunales de Sicilia, pero también ser candidato al Premio Nobel de la Paz 2015. Ahora reside en Suiza.
«Verdaderos campos de concentración»
Explica que los llamados centros de internamiento de inmigrantes, financiados con fondos europeos, se han «transformado con frecuencia en verdaderos campos de concentración en varias localidades, como Kums, Zawiya, Tripoli, Zelatien, Misurata, Sebha o Kuffra». En ellos, eritreos, etíopes, sudaneses y somalíes, entre otros, se ven privados de su libertad y sufren hambre, chantajes, y unas condiciones sanitarias «muy precarias» que muchas veces ni siquiera se permite tratar de paliar a las ONG humanitarias.
También están sometidos a distintas formas de violencia y «abusos por parte de los responsables de estas estructuras», que además suelen ser cómplices de los contrabandistas y los traficantes, con los que «negocian el precio de su venta». Cuando los migrantes son puestos en manos de estos grupos criminales, siguen sufriendo torturas «para obtener el pago de cifras desorbitadas».
Si intentan huir de los campos, es habitual que «sean asesinados; o si los cogen con vida, sometidos a una violencia indescriptible», describe el comunicado de Habeshia, del que se hace eco la agencia de noticias italiana ANSA.
También Etiopía
Su llamamiento no se refiere solo a la situación en Libia. Zerai denuncia también que en Etiopía «la situación de los refugiados eritreos se ha vuelto cada vez más precaria en los últimos doce meses». En función del acuerdo de paz firmado en 2018, las autoridades han decidido no acoger en los campos de refugiados a hombres, mujeres ni niños que no sean militares, explica. «Ya no los considera en necesidad de protección y de hecho les niega el derecho a solicitar asilo político».
Esta situación, junto con el cierre de uno de los cuatro campos de refugiados del país, que acogía a 15.000 personas, «ha producido muchos refugiados ubanos sin ninguna forma de tutela de sus derechos». Por tanto, la ONG Habeshi reclama al Gobierno etíope que «respete las obligaciones internacionales derivadas de su adhesión a las convenciones que tutelan los derechos de los menores y de los refugiados».
También pide a la UE que invierta recursos para ofrecer una acogida digna en Etiopía, garantizando el acceso al derecho de asilo, a los estudios, atención sanitaria y trabajo. De lo contrario, «el éxodo hacia Europa aumentará», y con él «las muertes en el desierto y el Mediterráneo».