Semana Santa en Madrid: «Cristo nos invita a participar en su Resurrección» - Alfa y Omega

Semana Santa en Madrid: «Cristo nos invita a participar en su Resurrección»

El cardenal Osoro preside los actos de una Semana Santa marcada por las restricciones y por el entusiasmo de los fieles

Begoña Aragoneses
El cardenal Osoro presidió en la catedral de la Almudena la Vigilia Pascual
El cardenal Osoro presidió en la catedral de la Almudena la Vigilia Pascual. Foto: Archimadrid / Luis Millán.

«Cristo vive y Cristo nos hace vivir». Lo proclamó con fuerza el arzobispo de Madrid, cardenal Carlos Osoro, en la Misa del Domingo de Resurrección en la catedral de la Almudena. «Pero no basta decir Cristo ha resucitado; Cristo nos invita a participar en su Resurrección», añadió, lo que «nos compromete a defender la vida», a luchar contra la pobreza y las «estructuras opresoras», y a «defender la libertad verdadera contra toda esclavitud».

El arzobispo animó a «dar testimonio» de que Dios «ha vencido a la muerte». «Lo que nos reúne aquí no es una idea», sino «Cristo mismo», recordó, algo que ya había perfilado en la Vigilia Pascual del Sábado Santo. «No estamos reunidos aquí por un hombre famoso que vivió hace 21 siglos», sino «en nombre de Dios», que «aporta paz y esperanza a nuestras vidas». «El Resucitado da un sentido absolutamente nuevo a la vida», apuntó el purpurado, porque Él hace «nuevas todas las cosas». Y para recibirlo es importante ir a Galilea, esa «vuelta a la vida ordinaria», al trabajo, a la familia, a ver los «sufrimientos diversos» de otros, y ahí «acoger Su presencia». «Que aparezca en nuestra manera de vivir esta realidad: Cristo ha resucitado», animó.

En la vigilia estuvo presente el metropolita Besarión, del Patriarcado ecuménico de Constantinopla. Junto a él, los cuatro obispos auxiliares de Madrid, Juan Antonio Martínez Camino, SJ, Jesús Vidal, José Cobo y Santos Montoya, que han acompañado al cardenal en las celebraciones de la Semana Santa en la catedral.

El alcalde de Madrid, José Luis Rodríguez Almeida, ante el Cristo de Medinaceli el Viernes Santo. Foto: Archimadrid / Luis Millán.

Visitas incesantes de fieles

La archidiócesis de Madrid ha vivido esta Semana Santa con una hondura especial, tal y como invitó el cardenal Osoro al comienzo. Siempre cumpliendo las pautas sanitarias vigentes, los fieles han asistido con entusiasmo a los actos. Prueba de ello fue el goteo incesante de personas que, especialmente el Jueves y el Viernes Santo, acudieron a venerar las imágenes procesionales de las hermandades y cofradías, expuestas en sus sedes canónicas.

Una de las más concurridas fue la basílica de Jesús de Medinaceli. Allí, ante la talla del Señor de Madrid, el purpurado predicó, en un acto novedoso de la Semana Santa madrileña, el Sermón de las Siete Palabras. «Ha llegado la hora […] de mostrar con obras y palabras la persona de Jesucristo», subrayó.

Con la presencia del alcalde de Madrid, José Luis Martínez-Almeida; del consejero de Sanidad de Madrid, Enrique Ruiz Escudero; del presidente de Cáritas Diocesana de Madrid, Luis Hernández Vozmediano, y del secretario general de la entidad, Javier Hernando, el cardenal reveló, entre otras cosas, cómo Jesús, que desde su calvario le dijo al ladrón que estarían juntos ese mismo día en el Paraíso, muestra el camino para ofrecer «signos concretos de la cercanía de Dios a los hombres».

Una cercanía de la que es maestra María, a la que Dios dejó como Madre de todos: «Ella es la mujer que crea la cultura del encuentro». Una joven, destacó el arzobispo, que «cambió la historia», que «prestó la vida para que Dios tuviese rostro humano» y así, con Ella «entró en el mundo el rostro de la Esperanza». Hoy, «en esta humanidad que tiene heridas profundas», y con tanta «necesidad de Dios» como hay, más en este momento de pandemia, «otro mundo es posible; Dios quiere transformar el mundo con nuestra conversión», aseguró.

El cardenal Carlos Osoro en los oficios del Viernes Santo en la catedral. Foto: Archimadrid / Luis Millán.

El cardenal Osoro abundó en esta idea posteriormente, en la celebración de la Cena del Señor, cuando reveló la necesidad de «un encuentro vital con el Señor». «Jesús quiere tomar mi vida en sus manos y quiere limpiarla […] en este momento de la historia concreta que vivimos, en esta pandemia terrible, con tanto sufrimiento, tantas muertes». Dios, dijo ya el Viernes Santo, en la Pasión y Muerte del Señor, tiene «sed de mi amor, sed de mi vida». Desde la cruz, Él «acoge todas nuestras heridas». «Al besar la cruz, dejaos besar por Jesucristo», concluyó.