El régimen de Ortega cede a la presión y da una prueba de vida del obispo de Matagalpa
Ha filtrado unas fotos que muestran a Rolando Álvarez en prisión recibiendo una visita de sus hermanos
Un mes y medio. Es el tiempo que había pasado desaparecido monseñor Rolando Álvarez a manos del régimen de Daniel Ortega. Desde que el pasado 10 de febrero fuera sentenciado a de 26 años de cárcel, no se había vuelto a ver una imagen del prelado. Hasta este 25 de marzo.
Ortega ha difundido una serie de fotografías en las que se ve al obispo de Matagalpa compartiendo mesa y mantel con dos de sus hermanos. Sonrientes, atendidos por camareros y con una mesa repleta de comida y bebida, el régimen quiere proyectar la imagen de que monseñor Álvarez está recibiendo un trato digno. Lo cierto es que el obispo aparece delgado, visiblemente pálido y con ojeras pese a la sonrisa que se dibuja en su rostro.
La difusión de las imágenes no ha sido un gesto espontáneo del gobierno de Nicaragua, sino fruto de la presión internacional que reclamaba conocer la suerte del prelado. Hace tan solo unos días, el grupo opositor Unidad Nacional Azul y Blanco pedía una prueba de vida de Álvarez, cuyo paradero suscitaba gran preocupación. Porque la familia había ido a visitar al obispo a la prisión de máxima seguridad La Modelo donde el gobierno decía haber recluido a Álvarez, pero los funcionarios del centro penitenciario negaban que se encontrara en dicha cárcel. Las instantáneas difundidas finalmente sí corresponden a una escena familiar que se ha producido en La Modelo.
Además de los fotógrafos, también estaban las cámaras de la televisión oficial y un reportero que entrevistó al obispo. Respondió sobre su estado indicando que está «gracias a Dios bien, con mucha fuerza interior, con mucha paz en el Señor y la virgen santísima». Afirmó que había recibido un trato digno en prisión y dio las gracias a las autoridades del sistema penitenciario. El periodista dijo al obispo que lo encontraba con buen aspecto a lo que Álvarez replicó: «¡Ah! Bueno. ¿Me ves bien?, ¿saludable?, ¿y la cara como me la ves?».