El Patriarcado de Moscú amenaza con expandirse en Turquía

El Patriarcado de Moscú amenaza con expandirse en territorio de Constantinopla

El sínodo de obispos ortodoxos rusos ha acordado crear dos diócesis en África para sacerdotes descontentos con que su patriarca reconozca a la Iglesia ortodoxa ucraniana

María Martínez López
Santo Sínodo de la Iglesia ortodoxa rusa
Un momento del Santo Sínodo del 29 de diciembre. Foto: Igor Palkin.

Después de expandirse en África, dentro de la circunscripción del Patriarcado de Alejandría, la Iglesia ortodoxa rusa ha amenazado con hacer lo mismo en Turquía, territorio bajo el Patriarcado de Constantinopla. Se trata de la última escaramuza en el enfrentamiento entre Constantinopla y Moscú a raíz de la concesión de la autocefalia (autonomía) a la Iglesia ortodoxa ucraniana el 5 de enero de 2019.

El 29 de diciembre, el Santo Sínodo de obispos ortodoxos rusos decidió la creación de un exarcado en África. Encomendado al obispo ortodoxo ruso de Yereván (Armenia), Leonid, estará dividido en dos diócesis. Pertenecerán a él 102 sacerdotes de Egipto, Sudán, Etiopía, Eritrea, Yibuti, Somalia, Chad, Camerún, Nigeria, Libia, República Centroafricana y Seychelles. El metropolita Leonid afirmó en una entrevista a la agencia rusa de información Novosti que se está buscando un terreno para construir una catedral en El Cairo.

Según algunas fuentes rusas, este centenar de sacerdotes suponen cerca de una tercera parte de los clérigos del Patriarcado de Alejandría. Moscú afirma que solicitaron pasar a su jurisdicción por estar en desacuerdo con que el patriarca ortodoxo griego de Alejandría, Teodoro II (distinto del patriarca copto del mismo nombre) reconociera la autocefalia de la Iglesia ortodoxa ucraniana. El 13 de agosto, Teodoro II concelebró con el metropolita ucraniano, Epifanio, en la isla turca de Imbros.

«Atención a los fieles en Turquía»

«No podíamos rechazar aceptar en el rebaño de nuestra Iglesia a estos clérigos que se dieron cuenta de la falsedad de la postura tomada por su patriarca», subrayó el día 3 el metropolita Hilarión, responsable del Departamento de Relaciones Externas del Patriarcado de Moscú, en una entrevista en su página web. Acto seguido, de forma espontánea, añadió que «de la misma forma, no podemos negar la atención pastoral a los fieles ortodoxos en Turquía, cuando el patriarca de Constantinopla se ha puesto en el bando del cisma».

Más aún: un artículo de la Unión de Periodistas Ortodoxos, organización proclive a Moscú, afirma que esta decisión es «una gran pista» de que se podrían crear estructuras similares tanto en Turquía como en Grecia y otras circunscripciones cuyos obispos reconozcan a la Iglesia ortodoxa ucraniana.

Desde que Constantinopla concedió la autocefalia a la Iglesia ortodoxa ucraniana, Moscú rompió la comunión con el primus inter pares de los ortodoxos, Bartolomé. Dejó de citarle en sus liturgias y afirmó que los fieles de una de las iglesias ya no podían recibir la comunión en celebraciones de la otra. Lo mismo ha ocurrido con las demás iglesias ortodoxas que han reconocido a la ucraniana. Entre ellas la de Alejandría, reconocida históricamente como segunda en dignidad detrás de Constantinopla.

¿Incentivos económicos?

El Patriarcado de Moscú no ha dado más información de los 102 sacerdotes que acaba de acoger. La única información previa al respecto es que en diciembre de 2019 un grupo de 27 sacerdotes africanos vinculados a Alejandría publicaron una carta abierta criticando la decisión de su patriarca.

Peter Anderson, exabogado experto en las relaciones católico-ortodoxas, se ha mostrado escéptico en un artículo de su boletín sobre la verdadera motivación de los sacerdotes acogidos por Moscú. Apunta a que, más que sobre Ucrania, su descontento podría estar causado por tensiones entre los clérigos ortodoxos africanos y la jerarquía, de origen griego.

Recuerda, además, que el metropolita Leonid ha asegurado que la nueva estructura ofrecerá también «condiciones de vida e infraestructuras básicas», atención médica con un envío de vacunas frente a la COVID-19, así como ornamentos y objetos sagrados, libros litúrgicos en las lenguas nativas. «Todos estos incentivos económicos», y otros como salarios más altos, «pueden resultar atractivos para el clero local».

Con todo, la decisión sobre el exarcado africano no es la única tomada por el sínodo en su reunión del 29 de diciembre. La agencia católica AsiaNews recoge que también se tomó la decisión de sustituir a varios superiores de monasterios que han destacado en el último año por su rebeldía contra las medidas sanitarias frente a la pandemia. Durante el encuentro también se conmemoró el 75 cumpleaños del patriarca Cirilo, celebrado el 20 de noviembre. Los obispos le regalaron un nuevo koukolion o tiara, «muy similar a la de los primeros días del Patriarcado de Moscú en el siglo XVII, cuando su predecesor, el reformador Nikon, intentó elevar a Moscú al centro de la Ortodoxia mundial».