Tras el éxito de la operación del miércoles, el Papa ha pasado buena noche
La Prefectura de la Casa Pontificia ha anulado todas las audiencias previstas con el Pontífice hasta el próximo 18 de junio
El Papa Francisco ha pasado buena noche después de la cirugía a la que se sometió el pasado miércoles, según ha informado este jueves por la mañana la Oficina de Prensa de la Santa Sede. El Santo Padre ingresó en el hospital Gemelli el miércoles por la mañana, después de la audiencia general, para someterse a una cirugía abdominal. A última hora de la tarde, la Oficina de Prensa informó en un comunicado de que «la intervención quirúrgica ha terminado: se ha desarrollado sin complicaciones y ha tenido una duración de tres horas».
Según informó esa misma mañana, la operación se ha llevado a cabo a causa de una hernia incisional incarcerada, una complicación frecuente de las intervenciones quirúrgicas abdominales. Es posible que esté relacionada con la cirugía intestinal que se le practicó en julio de 2021.
La cirugía para resolver esta complicación ha consistido en una laparotomía y en la inserción de una prótesis en la pared abdominal. Se ha realizado «bajo anestesia general». La decisión de operar la tomó «en los últimos días el equipo médico que asiste al Santo Padre», porque la hernia le producía «síndromes suboclusivos recurrentes, dolorosos, que estaban empeorando».
Según la Oficina de Prensa, el ingreso «durará varios días para permitir el curso posoperatorio normal y la recuperación funcional completa». En concreto, la Prefectura de la Casa Pontifica ha cancelado todas las audiencias del Pontífice hasta el próximo 18 de junio.
Según Sergio Alfieri, el doctor que ha operado al Papa, la intervención no era urgente. «Si hubiese sido una urgencia, habríamos intervenido ayer [por el martes], cuando ingresó en el hospital para someterse a un tac programado», recoge Vatican News. Esa prueba mostró varias adherencias fuertes [cicatrices] entre algunas asas intestinales.
Preguntado por los medios de comunicación, también ha señalado que una operación de estas características lleva aparejada una recuperación de unos siete días en el hospital. En cualquier caso, dada la edad del Pontífice, tomarán «todas las precauciones».