El Papa y Yolanda Díaz conversan sobre precariedad laboral y dignidad del trabajo
El Pontífice y la vicepresidenta segunda del Gobierno de España se reunieron durante 40 minutos en el Vaticano. Fue «muy emocionante», dijo Díaz
La vicepresidenta segunda y ministra de Trabajo, Yolanda Díaz, ha conversado con el Papa Francisco en el Vaticano sobre la importancia de acabar con la precariedad y de fomentar la dignidad del trabajo. También de la reforma laboral en España, según informa EFE.
Así lo explicaron fuentes cercanas a la vicepresidenta a los medios en Italia tras la reunión que se celebró en el palacio apostólico del Vaticano y duró unos 40 minutos. En ese tiempo, hablaron de que el trabajo debe ser decente y de la necesidad de disponer de marcos legislativos que prioricen al trabajador como mejor herramienta de inclusión social.
Ambos compartieron la idea de que el empleo debe tener derechos y ser de calidad, y que las democracias más sanas son las que tienen trabajos robustos, según las mismas fuentes. Además, la dirigente española ha trasladado al Papa las medidas que el Gobierno de España está tomando para luchar contra el desempleo.
La propia Yolanda Díaz, que ha acudido acompañada del secretario de Estado de Empleo, Joaquín Pérez Rey, se ha limitado a asegurar que ha sido un encuentro «muy emocionante». «Debo de ser respetuosa y no les voy a poder revelar el contenido de la conversación con el Santo Padre», ha dicho.
Durante el encuentro , la vicepresidenta segunda del Gobierno ha regalado al Papa una estola hecha de plástico reciclado y una edición especial de Follas novas, poemario de Rosalía de Castro. Los obsequios encarnan tanto la visión ecológica del mundo como la defensa de los migrantes que el Papa y Díaz comparten, según fuentes del Gobierno español, informa Europa Press.
El tejido de la estola está fabricado con polímeros procedentes de descartes de plásticos y ha sido bordada por el convento de las Carmelitas Descalzas de Alcalá de Henares. Además, el poemario era el libro que muchos gallegos llevaban en sus maletas cuando pusieron rumbo a Argentina en la década de los 60.