El Papa señala a los que «critican a los demás» a diario - Alfa y Omega

El Papa señala a los que «critican a los demás» a diario

Durante la audiencia, Francisco ha criticado a los «licenciados en chismorreo» y ha pedido «sobre todo reflexionar sobre nuestra propia fragilidad»

José Calderero de Aldecoa
Un momento de la audiencia del Papa. Foto: Efe / EPA / Ettore Ferrari.

¿Es posible ser creyente pero no practicante? Esta es una de las cuestiones que ha tratado de contestar durante la audiencia general de este miércoles el Papa Francisco, quien ha explicado que «creer en Jesús significa seguirlo, ir detrás de Él en su camino, como hicieron los primeros discípulos». Pero no solo eso, creer «significa al mismo tiempo evitar el camino opuesto, el del egoísmo, el de buscar el propio interés».

Y es que, «recorriendo este camino, el cristiano adquiere una visión positiva de la vida», pero esto no quiere decir «que el mal presente en el mundo haya desaparecido», ha advertido el Pontífice. «Todos tenemos tentaciones: las envidias, prejuicios, hipocresías, rencores…». En cualquier caso, «creer en Dios es siempre más fuerte que nuestras resistencias y más grande que nuestros pecados».

Además de recurrir a Dios, el apóstol Pablo en su carta a los Gálatas recomienda «hacerse cargo cada uno de las dificultades del otro», «ayudar a llevar las cargas de los demás» y «corregir con espíritu de mansedumbre al mismo tiempo que hay que vigilar con humildad para no caer en esos mismos pecados».

Según el Santo Padre, esta es «una actitud muy diferente a la del chismorreo», práctica que ha pedido eliminar de nuestra vida. «Hay gente que parece tener una licenciatura en chismorreo. Todos los días critican a los demás. ¡Pero mírate a ti mismo!», ha señalado. «Cuando tenemos la tentación de juzgar mal a los otros, como sucede a menudo, debemos sobre todo reflexionar sobre nuestra fragilidad», ha recomendado.

El Papa, por último, ha recordado que «la regla suprema de la corrección fraterna es el amor». Es decir, «se trata de tolerar los problemas de los otros, los defectos de los otros en silencio en la oración, para después encontrar el camino adecuado para ayudarlo a corregirse. Y esto o es fácil», ha advertido. «El camino más fácil es el del chismorreo. Despellejar al otro como si yo fuera perfecto. Y esto no se debe hacer. Mansedumbre. Paciencia. Oración. Cercanía».