El Papa se une al Año Ignaciano: «La conversión es un asunto cotidiano» - Alfa y Omega

El Papa se une al Año Ignaciano: «La conversión es un asunto cotidiano»

Francisco se ha hecho presente en la oración online con motivo del inicio de este acontecimiento que conmemora los 500 años de la conversión de san Ignacio

Fran Otero
El Papa Francisco, en una imagen de archivo.

El Papa Francisco se ha sumado este domingo a la oración mundial de inicio del Año Ignaciano, que se inauguró el pasado jueves en Pamplona, precisamente el lugar donde hace 500 años san Ignacio cayó herido y comenzó su proceso de conversión. Y lo hizo con un videomensaje en el que, precisamente, habló de esto último. «La conversión es un asunto cotidiano; rara vez es de una vez por todas. La conversión de san Ignacio comenzó en Pamplona, pero no terminó ahí. Durante toda su vida se convirtió, día a día, y esto qué significa: que durante toda su vida puso a Cristo en el centro», ha añadido.

En este sentido, el Pontífice ha destacado uno de los puntos clave de la figura de san Ignacio: el discernimiento. De hecho, ha afirmado que «el discernimiento no consiste en acertar siempre desde el principio, sino en navegar, en tener una brújula para poder emprender el camino que tiene muchas curvas y vueltas, pero dejarse guiar siempre por el Espíritu Santo, que nos va conduciendo al encuentro con el Señor».

También ha recordado que en Pamplona todos los sueños de Ignacio «se hicieron añicos» y que aquella bala de cañón «cambió el curso de su vida y el curso del mundo». «Las cosas aparentemente pequeñas pueden ser importantes. Esa bala de cañón también significó que Ignacio fracasó en los sueños que él tenía para su vida. Pero Dios tenía un sueño más grande para él. El sueño de Dios para Ignacio no se centraba en Ignacio. Se trataba de ayudar a las almas. Era un sueño de redención, un sueño de salir al mundo entero, acompañado de Jesús, humilde y pobre», ha completado.

Del mismo modo, se ha referido al encuentro con los demás, como los tuvo Ignacio, «esos otros que nos ayudan a mantener el rumbo y que nos invitan a convertirnos de nuevo». «Son hermanos, son situaciones. Y Dios nos habla también a través de ellos. Escuchemos a los demás. Leamos en las situaciones. Seamos postes indicadores para los demás, también nosotros mostrando el camino de Dios. La conversión se hace siempre en diálogo, en diálogo con Dios, en diálogo con los demás, en diálogo con el mundo», ha subrayado.

Finalmente ha impartido su bendición para que el Año Ignaciano «sea una inspiración par air al mundo a ayudar a las almas y para dejarnos ayudar». «Ninguno se salva solo: o nos salvamos en comunidad o no nos salvamos. Ninguno le enseña al otro el camino, solo Jesús nos enseñó el camino. Nosotros nos ayudamos a encontrar y a seguir este camino mutuamente», ha concluido.