El Papa reaparece en el Jubileo de los Enfermos: «Gracias a todos» - Alfa y Omega

El Papa reaparece en el Jubileo de los Enfermos: «Gracias a todos»

«Buen domingo a todos», ha expresado aún con dificultad. En la homilía, ha pedido que «no apartemos el dolor de nuestros ambientes y hagamos de ello una ocasión para crecer juntos»

Ester Medina Rodríguez
El Papa saluda a una religiosa este domingo en la plaza de San Pedro durante el Jubileo de los Enfermos
El Papa saluda a una religiosa este domingo en la plaza de San Pedro durante el Jubileo de los Enfermos. Foto: Vatican News.

La gran sorpresa de este domingo ha sido la aparición del Pontífice en la plaza de San Pedro en la celebración de la Eucaristía por el Jubileo de los enfermos y el mundo de la sanidad, que se ha celebrado este fin de semana en Roma. Francisco ha seguido el acto por televisión en el interior de la basílica y, después de recibir el sacramento de la reconciliación, ha atravesado la Puerta Santa y ha hecho su entrada a la plaza al final de la Misa, durante el momento de la comunión, llevado en silla de ruedas por sus asistentes y saludando a los fieles, que han respondido con gran alegría y cánticos de «¡Viva el Papa Francisco!».

El Santo Padre ha querido hacerse presente después de su hospitalización y durante este tiempo de convalecencia y reposo médico para compartir un breve momento con los participantes de este jubileo. Se ha acercado hasta el altar central situado en la plaza y, aún con cánulas nasales y dificultad para hablar, ha logrado proclamar: «Buen domingo a todos, ¡muchas gracias a todos!». Palabras que han sido recibidas por los presentes con gran alegría y aplausos.

La Eucaristía en este quinto domingo de Cuaresma ha estado presidida por Rino Fisichella, pro-prefecto de la sección para las Cuestiones Fundamentales de la Evangelización en el Mundo del Dicasterio para la Evangelización que, además, ha sido el encargado de poner voz a la homilía escrita por el Papa. En ella, el Pontífice reconoce tener mucho en común con los peregrinos que estos días han atravesado la Puerta Santa; enfermos, médicos, enfermeros, fisioterapeutas, y demás profesionales relacionados con el mundo de la salud. A todos ellos, el Santo Padre les ha recordado que, incluso en momentos de debilidad, «Dios no nos deja solos y, si nos abandonamos a él, es precisamente ahí donde podemos experimentar el consuelo de su presencia, cuando nuestra fuerza decae».

«La habitación del hospital y el lecho de la enfermedad pueden ser lugares donde se escucha la voz del Señor que nos dice también a nosotros: “Yo estoy por hacer algo nuevo: ya está germinando, ¿no se dan cuenta?”. Y, de esa manera, renovar y reforzar la fe», ha señalado Francisco en su homilía. «Ciertamente la enfermedad es una de las pruebas más difíciles y duras de la vida, en la que percibimos nuestra fragilidad. Esta puede llegar a hacernos sentir como el pueblo en el exilio, pero no es así».

Además, el Pontífice ha señalado la importante de «comprometernos para ser también nosotros “ángeles” los unos para los otros, mensajeros de su presencia». En este sentido, se ha dirigido especialmente a los médicos y enfermeros para recordarles que, en palabras de la bula Spes non confundit, mientras atienden a sus pacientes, especialmente a los más frágiles, el Señor les ofrece la oportunidad de renovar continuamente su vida. «Permitan que la presencia de los enfermos entre como un don en su existencia, para curar sus corazones, purificándolos de todo lo que no es caridad y calentándolos con el fuego ardiente y dulce de la compasión. No apartemos el dolor de nuestros ambientes. Hagamos más bien de ello una ocasión para crecer juntos, para cultivar la esperanza gracias al amor que Dios ha derramado».

Mejorar las condiciones laborales de los médicos

En el texto del Ángelus de este domingo, Francisco ha asegurado sentir «el dedo de Dios y experimentar su cariñosa caricia», tanto durante su estancia en el hospital como en este tiempo de convalecencia médica. En el mismo día en que finaliza el Jubileo de los enfermos y del mundo de la salud, el Pontífice ha pedido al Señor «que este toque de su amor llegue a los que sufren y anime a los que cuidan de ellos».

También se ha acordado de la situación en la que trabajan muchos profesionales sanitarios: «Rezo por los médicos, enfermeros y trabajadores, que no siempre tienen las condiciones adecuadas para trabajar y, a veces, incluso son víctimas de agresiones», ha señalado el Papa. «Su misión no es fácil y debe ser apoyada y respetada. Espero que se inviertan los recursos necesarios para la atención y la investigación, para que los sistemas sanitarios sean inclusivos y atiendan a los más frágiles y pobres».

Por último, el Santo Padre ha reiterado su llamamiento por la paz. Especialmente por Ucrania, por Gaza, «donde la gente se ve obligada a vivir en condiciones inimaginables, sin techo, sin comida, sin agua potable». También ha pedido rezar por la paz en todo Oriente Medio, en Sudán y Sudán del Sur, en la República Democrática del Congo, en Myanmar, y en Haití, «donde arrecia la violencia, que hace unos días mató a dos religiosas».