El Papa recibe a un grupo de familiares de los secuestrados por Hamás
Es la segunda vez que Francisco les tiende la mano. Recibió a otro grupo de familiares el pasado 22 de noviembre
Con la voz entrecortada, uno a uno han compartido con el Papa el sufrimiento que arrastran desde que perdieron la pista a sus familiares tras el masivo ataque por sorpresa de Hamás en Israel el pasado 7 de octubre que causó más de 1.200 muertos, principalmente en familias asesinadas en sus casas o en un festival de música. El grupo de 8 personas —acompañadas por el ministro de exteriores del país, Israel Katz— estaba formado por: Bezalel Shnaider, tío de Shiri Bibas, la mujer secuestrada junto con sus dos hijos de 4 años y 9 meses, Ariel y Kfir, el menor de todos; Gal Dalal, superviviente del Festival Supernova y hermano de Guy, de 22 años, secuestrado durante la fiesta rave; la madre de ambos, Merav Gilboa Dalal; Naama y Daniel Miran, hermana y padre respectivamente de Omri Miran, de 46 años, secuestrado en el kibutz de Nir Oz; Lee Yam Berger, hermana gemela de Agam, soldado de 19 años, secuestrada en la base militar de Nahal Oz; su prima, Ashley Sarah Waxman Bakshi; y Alon y Amit Nimrodi, padre y hermana de Tamir, soldado secuestrado por Hamás en la base de Cogat.
En total más de 136 rehenes esperan todavía a ser liberados, si bien las autoridades israelíes estiman que al menos una treintena ha muerto durante el cautiverio.
Francisco los ha acogido con ternura en su estudio privado del Palacio Apostólico, mientras apretaban con fuerza contra su pecho las fotos de sus seres queridos. Han pasado 6 meses desde que fueron secuestrados, pero sus familiares no pierden la esperanza de que regresen con vida. El portavoz del Vaticano, Matteo Bruni, ha afirmado que con este gesto el Papa ha querido «manifestar la cercanía espiritual al sufrimiento de cada uno» de ellos.
De hecho, es la segunda vez que Francisco les tiende la mano. Recibió a otro grupo de familiares de las personas secuestradas por Hamás el pasado 22 de noviembre. Además, suele aprovechar cada cita pública, tanto las audiencias de los miércoles como los rezos dominicales, para clamar por su liberación inmediata.