El Papa apoya la primera Asamblea Eclesial de América Latina del CELAM

El Papa promete acompañar la primera Asamblea Eclesial de América Latina y el Caribe

El encuentro, previsto para noviembre, sustituye a un encuentro únicamente de obispos como los anteriores y forma parte del proceso de reforma del CELAM

María Martínez López
Mensaje del Papa al CELAM
Foto: VaticanNews

El Sínodo de la Amazonía sigue dando frutos no solo para la región panamazónica, sino para toda América Latina. Y puede convertirse en fuente de inspiración para el proceso de reestructuración y reforma de todo el Consejo Episcopal Latinoamericano (CELAM). Esta organización territorial, en vez de convocar una nueva edición de su Conferencia General, ha optado por convocar por primera vez una Asamblea Eclesial de América Latina y el Caribe, que se celebrará del 21 al 28 de noviembre en Ciudad de México.

El Papa Francisco se ha felicitado por este enfoque diferente, en el que «laicas, laicos, consagradas, consagrados, sacerdotes, obispos y todos juntos, todo el pueblo de Dios, irá caminando». La Iglesia latinoamericana, por tanto, está en un «tiempo que nos abre unos nuevos horizontes de esperanza», afirmó en un vídeomensaje enviado este domingo para la presentación de la convocatoria.

La cita será, añadió el Santo Padre, un momento en el que «se reza, se habla, se piensa, se discute, se busca la voluntad de Dios». Como consecuencia, un primer consejo que ofreció el Papa es «ir junto al pueblo de Dios, del que todos somos parte». Fuera de él «surgen las elites de una ideología o de otra, y eso no es la Iglesia». En segundo lugar, el Pontífice pidió vivir todo el proceso desde «la oración»: «En medio de nosotros está el Señor. Que Él se haga sentir». Junto a estas orientaciones, Francisco ofreció al CELAM su compromiso de «estar junto a ustedes en la preparación hasta noviembre».

Reforma del CELAM

Con el lema Todos somos discípulos misioneros en salida, la primera Asamblea Eclesial de América Latina y el Caribe es otro momento de gran encuentro de toda la Iglesia del subcontinente después de la V Conferencia General de Aparecida (Brasil), de 2007. De ella, recordó el Papa, «aún nos falta mucho por aprender» 14 años después. Por eso, el encuentro de noviembre servirá para reflexionar sobre sus frutos y los retos que todavía presenta. Se pretende también contemplar la realidad de cada país, profundizar en los desafíos del continente, reavivar el compromiso pastoral y buscar nuevos caminos en clave sinodal.

Todo ello, dentro de un proceso de reforma del propio CELAM, que ya ha cumplido más de 65 años de vida tras su fundación en 1955. La necesidad de una reestructuración se constató en su 37ª asamblea general ordinaria, en mayo de 2019. Entonces, se planteó ya la posibilidad de convocar un sexto encuentro extraordinario. Pocos meses después, la celebración del Sínodo de la Amazonía parece haber ofrecido el modelo para un cierto cambio de rumbo.

Por ejemplo, con el proceso previo en el que participaron 87.000 personas. Fruto de esta sinodalidad, el documento final propuso «crear un organismo episcopal que promueva la sinodalidad entre la Iglesia de la región panamazónica, que ayude a delinear el rostro amazónico de la Iglesia y que continúe la tarea de encontrar nuevos caminos para la misión evangelizadora».

Hacia el V centenario de Guadalupe

La Conferencia Eclesial de la Amazonia se lanzó oficialmente el 29 de junio pasado y celebró su primera asamblea general en octubre. En el momento de su nacimiento el cardenal Pedro Barreto, entonces vicepresidente y desde el 15 de octubre presidente de la Red Eclesial Panamazónica, explicaba a Alfa y Omega que este organismo «tiene como eje ayudar a la Iglesia en su reforma y, sobre todo, en el aspecto organizativo, para la aplicación de nuestra doctrina social en el Amazonas».

Afirmaba también que «los nueves países que constituyen la zona amazónica estarán representados con sus obispos, sacerdotes, diáconos e indígenas» y que continuaría «dentro del CELAM, pero con autonomía». Con estos precedentes, una de las opciones de reestructuración que se le presentan es buscar una representación mayor de todas las realidades de la Iglesia también dentro del propio Consejo Episcopal Latinoamericano a nivel regional, y no solo en el ámbito panamazónico.

De momento, la Asamblea Eclesial de América Latina y el Caribe se preparará durante diez meses mediante un proceso de escucha, con un itinerario espiritual propio, inspirado tanto en el Documento de Aparecida como en el magisterio de Francisco. En particular, en sus encíclicas Laudato si y Fratelli tutti, y en la exhortación postsinodal Querida Amazonia. Después del encuentro habrá también un proceso de recepción, con dos fechas en el horizonte: 2031, V centenario de las apariciones de Guadalupe; y 2033, segundo milenio de la Redención.