El Papa pide «diálogo» entre las naciones para «aunar voluntades» y «estrechar vínculos de fraternidad»
Es la petición de Francisco con ocasión de la IV Conferencia Internacional Por el equilibrio del mundo. En su mensaje, ha denunciado que «es fácil constatar cómo los diversos acontecimientos ocurridos en el planeta han contribuido de forma significativa a que se ponga en peligro el equilibrio de la civilización actual»
Según el Papa «es fácil constatar cómo los diversos acontecimientos ocurridos en el planeta han contribuido de forma significativa a que se ponga en peligro el equilibrio de la civilización actual». Por ello, «los hombres de bien deberían unirse y encontrarse en eventos de esta naturaleza, en un marco de pluralidad, para lograr una auténtica promoción humana», sin olvidar que «quienes se empeñan en la defensa de la dignidad de las personas, pueden encontrar en la fe cristiana los argumentos más profundos para ese compromiso».
Así lo ha pedido Francisco con ocasión de la IV Conferencia Internacional Por el equilibrio del mundo, que se está celebrando en La Habana (Cuba) entre el 28 y el 31 de enero y que pretende «aunar voluntades que contribuyan, mediante un diálogo fecundo, a estrechar vínculos de fraternidad entre las naciones».
Degradación humana y social
Para el Santo Padre, el mundo transita en un equilibro en el que «el ambiente humano y el ambiente natural van de la mano». De esta forma, «pueden degradarse juntos» y no es posible «afrontar de forma adecuada la degradación ambiental si no comprendemos las causas que tienen que ver con la degradación humana y social».
Ante esta dualidad, el Obispo de Roma subraya que «debería cultivarse, sobre todo en los jóvenes, una cultura del encuentro mediante la promoción de una amistad social, la cual nos aúna en un objetivo común de promoción de las personas».
Por último, el Papa anima a los participantes de la IV Conferencia Internacional Por el equilibrio del mundo a buscar alternativas eficaces en torno al pensamiento de José Martí —«un hombre de luz»— y manifiesta su deseo de que las enseñanzas «de ese maestro y escritor cubano resuenen dentro de nosotros y nos recuerden, con sus palabras, que “todos los árboles de la tierra se concentrarán al cabo en uno, que dará en lo eterno un suavísimo aroma: el árbol del amor, de tan robustas y copiosas ramas, que a su nombre se cobijarán sonrientes y en paz todos los hombres”».
Francisco despide su mensaje deseando a los participantes «que estos días de trabajo y reflexión den frutos de entendimiento y de diálogo en la consecución de una civilización cada vez más fraterna».