«El Papa no pide un partido católico sino católicos en todos los partidos»
José Antonio Rosas, director de la Academia Internacional de Líderes Católicos recalca que «un buen político no polariza»
«Un buen político no es el que polariza sino el que es capaz de sentar a una mesa a los distintos y construir proyectos colectivos», opina José Antonio Rosas, director general de la Academia Internacional de Líderes Católicos (AILC). Tras su paso por Madrid para buscar junto a diferentes miembros de la archidiócesis y políticos a izquierda y derecha soluciones conjuntas al radicalismo, explica a Alfa y Omega cómo «el político católico tiene que denunciar los discursos de odio en cualquiera de los ámbitos». Cita un ejemplo concreto: «Vimos con mucha preocupación cómo, en la pandemia, hubo políticos que levantaron discursos con fake news para que la gente no se vacunara».
Rosas reivindica que «tenemos que hacernos cargo de los grandes problemas de nuestras sociedades y del respeto de todas las vidas». Matiza que este compromiso no abarca «solamente al que esté por nacer, sino también a los migrantes, los pobres y los excluidos». Y sentencia que, «respetando que las personas pueden tener distintas opciones, tenemos que proteger y cuidarlos a todos».
El director general de la Academia Internacional de Líderes Católicos explica que el ente tiene dos tareas fundamentales. Por un lado, «ofrecemos programas de formación» para jóvenes católicos con vocación al servicio público. Por el otro, «generamos espacios de acompañamiento y encuentro entre políticos de muy diferentes posibilidades». Fruto de este esfuerzo, «nuestra academia está presente en 15 países». Su última incorporación es Guinea Ecuatorial, en África, donde la fundaron hace solo unas semanas «bajo la dirección del arzobispado de Malabo».
«Tenemos que ser actores de diálogo»
Este empeño ha llamado la atención del Papa, quien ya felicitó a las personas implicadas en la academia por su labor y les aclaró que «no queremos la unidad política de todos los católicos en un partido sino que haya presencia de católicos en todas las opciones políticas para promover la unidad y el encuentro». «Tenemos que ser actores de diálogo y encuentro en la sociedad», añade Rosas.
Para ello, «aunque es normal pensar a la izquierda o a la derecha», el director general de la AILC subraya la importancia de «sentarnos todos a una mesa para construir un mundo más justo y solidario». «Vivimos una gran polarización y el Papa nos pide construir una cultura del encuentro. Necesitamos levantar puentes entre las diferentes sensibilidades políticas y sociales», sentencia. Siempre teniendo en cuenta que «la brújula» que guíe esta acción sea «la doctrina social de la Iglesia, el respeto a la dignidad de la persona, el bien común y la inclusión social de los pobres».
Entre las «iniciativas interesantes» más recientes de la Academia Internacional de Líderes Católicos, José Antonio Rosas destaca que «acabamos de arrancar un programa de liderazgo binacional en la frontera entre Estados Unidos y México». También que «nuestros exalumnos en Paraguay, a título personal, han desplegado una pastoral concreta para los pueblos originarios». En Argentina, un exalumno suyo fue Ministro de Agricultura con Alberto Fernández y Cristina Fernández Kirchner y, por el contrario, otra con una sensibilidad política diferente es actualmente vicepresidenta en el Gobierno de Javier Milei. Finalmente, en el caso español, el director general de la AILC recuerda que Jorge Serrano, «un exalumno nuestro», es el presidente de Por un Mundo Más Justo y «ha encabezado la iniciativa para regularizar a los migrantes» en nuestro país.