El Papa: «Hay que asegurar una acogida humana y digna en Europa»
Tras el rezo del Ángelus, se solidarizó con los migrantes y refugiados del campo de Moria
El Papa Francisco se refirió este domingo, tras el rezo del Ángelus, a los incendios que sufrió el campamento de refugiados de Moria, en la isla griega de Lesbos, ante el que clamó por una acogida humana y digna para migrantes y refugiados en Europa.
«Esta siempre vivo en mí el recuerdo de la visita allí, y el llamamiento lanzado junto con el patriarca ecuménico Bartolomé y el arzobispo Jerónimo de Atenas, para garantizar una acogida humana y digna a las mujeres y hombres migrantes, a los refugiados, a los que buscan asilo en Europa. Expreso mi solidaridad y cercanía a todas las víctimas de estos dramáticos acontecimientos», afirmó.
También se refirió, sin citar ninguna en concreto, a las protestas que se están llevando a cabo en numerosos países —Bielorrusia, por ejemplo— y que, según dijo el Pontífice, «expresan el creciente malestar de la sociedad civil ante situaciones políticas y sociales particularmente críticas».
En este sentido, afirmó: «Al tiempo que insto a los manifestantes a que presenten sus demandas de forma pacífica, sin ceder a la tentación de la agresión y la violencia, hago un llamamiento a todos aquellos que tienen responsabilidades públicas y gubernamentales para que escuchen la voz de sus conciudadanos y satisfagan sus justas aspiraciones garantizando el pleno respeto de los derechos humanos y las libertades civiles».
Tierra Santa
En su alocución recordó la celebración este domingo de la colecta en favor de Tierra Santa, que este año «es todavía más un signo de esperanza y solidaridad con los cristianos que viven en la tierra donde Dios se hizo carne y murió y resucitó por nosotros».
Y añadió: «Realicemos una peregrinación espiritual, en espíritu, con la imaginación, con el corazón, a Jerusalén, donde, como dice el salmo, están nuestras fuentes. Y cumplamos un gesto de generosidad para con aquellas comunidades».
Durante el rezo del Ángelus, el Papa Francisco reflexionó sobre el perdón, tema central del Evangelio de este domingo. «Si no nos esforzamos por perdonar y amar, tampoco seremos perdonados ni amados», dijo.
Y añadió: «¡Cuánto sufrimiento, cuántas divisiones, cuántas guerras podrían evitarse, si el perdón y la misericordia fueran el estilo de nuestra vida! Incluso en la familia, también en la familia. Cuántas familias desunidas que no saben perdonarse, cuántos hermanos y hermanas que tienen este rencor dentro. Es necesario aplicar el amor misericordioso en todas las relaciones humanas: entre los esposos, entre padres e hijos, dentro de nuestras comunidades, en la Iglesia y también en la sociedad y la política».
Según el Pontífice, la frase del padrenuestro «perdónanos como también nosotros perdonamos a los que nos ofenden» cobra significado en la parábola de este domingo porque contienen una «verdad decisiva». «No podemos pretender para nosotros el perdón de Dios, si nosotros no concedemos el perdón a nuestro prójimo. Si no nos esforzamos por perdonar y amar, tampoco seremos perdonados ni amados», concluyó.